Es un Batman oscuro, desesperanzado, lleno de dudas frente a una corrupción generalizada en esa ciudad gótica que funciona como metáfora de un tiempo también difícil que nos toca vivir. El héroe que alguna vez fue colorido y gracioso, se vuelve serio definitivamente después de Christopher Nolan y sus oponentes son formidables. En este caso ese hombre encapuchado que vaga por una ciudad llena de vicios y crimen, que se siente un límite, un vengador sin mucha esperanza, comprende que la corrupción del poder está enraizada desde hace muchos años, que es inmodificable a fuertes batallas y que salpica a su mismísima familia. Su contendiente es alguien tan desquiciado como inteligente, que utiliza toda la tecnología a su favor y es capaz de convencer a miles de seguidores para que tomen las armas y lo obedezcan sin cuestionamientos, como a un líder del mal. Cualquier parecido con la realidad es intencional. A lo largo de tres horas la trama intrincada funciona como un film negro, con intrigas y sospechas, con detalles a tener en cuenta, que nunca suelta al espectador. Es más, no se trata de una sucesión de escenas de acción, sino de pocas, que se ven espectaculares. El director Matt Reeves, también coguionista con Peter Craig sitúan a su héroe en un mundo donde se ha perdido la confianza a los líderes, y los mafiosos actúan impunes desde hace años, son parte del poder político y económico, lo definen. Y ese millonario que aparece de civil solo en una ocasión para mostrarlo desubicado y molesto, cuando se pone el traje se transforma en una voluntad fortalecida, aunque por primera vez se lo ve castigado y con miedo, vulnerable. La fotografía, el diseño de producción, la música, son rubros sobresalientes. Y ni hablar de los actores. Robert Pattinson le da una dimensión trágica profunda al encapuchado, y los personajes que serán fundamentales están en su etapa embrionaria. Zöe Kravitz todavía no es Gatúbela aunque se perfila perfecta, independiente y seductora. La química con Pattinson es intensa. Los villanos también están en gestación. Se destacan el gran Paul Dano, el magnífico John Turturro, Colin Farrell (debajo de kilos de silicona) Andy Serkis como Alfred. Un Batman de nuestro tiempo, cuestionado en su ciudad, tan sospechoso como confiable.