Batman

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Entre la grandilocuencia de la trilogía de Christopher Nolan, la capacidad de provocación de Guasón y la desmesura pop bastante insustanciosa de tantas otras producciones de DC Comics, la Batman de Matt Reeves apuesta, en cambio, por un tono medio que a mi me convenció bastante, pero que puede ser también un ancla para su desempeño comercial.

El director de Cloverfield: Monstruo (2008), la remake Déjame entrar (2010) y dos entregas de El planeta de los simios como Confrontación (2014) y La guerra (2017) se viste del David Fincher de Pecados capitales y Zodíaco para concentrarse más en construir un film noir sobre asesinatos seriales que en explotar el existencialismo del superhéroe.

Sí, la película llega a las tres horas (duración para mi gusto desmesurada, pero al mismo tiempo con una narración que nunca decae) y también tiene una voz en off en primera persona sobre los pensamientos y sensaciones del “caballero de la noche” que por momentos cae en cierta solemnidad, pero en esta Batman -muy distinta no solo a las de Nolan sino también a las de Tim Burton o Joel Schumacher- todo parece más aplacado, más contenido, más... humano. Desde la máscara del protagonista hasta los autos o las motos, pasando por el look de los villanos (El Pingüino de Colin Farrell o el Carmine Falcone de John Turturro parecen salidos de una película de mafiosos neoyorquinos de Martin Scorsese), Reeves decidió atenuar tanto la épica como la exageración pop sin por eso descuidar la acción (hay muy buenas set-pieces automovilísticas o luchas cuerpo a cuerpo más propias del cine coreano) o la tensión romántica con la Gatúbela de la ascendente Zoë Kravitz.

En esta Batman modelo 2022 conviven con bastante armonía desde la tradicional iconografía de Halloween con música si se quiere vintage (el leit-motiv musical es Something in the Way, canción de cierre de Nevermind, el álbum de 1991 de Nirvana) y encuentra en el vapuleado Robert Pattinson un muy atinado protagonista, aunque es cierto que se luce más en su vertiente de hombre murciélago que en su faceta “de civil” como Bruce Wayne (el Alfred de Andy Serkis también está bastante desaprovechado).

Aunque hay algunas cuestiones ligadas a los traumáticos pasados tanto de Bruce Wayne como de Selina Kyle, la película también coescrita por Reeves prescinde de contar de nuevo la historia de estas criaturas heridas para -quedó dicho- apostar sobre todo al cine negro. En ese sentido, adquiere una importancia fundamental el “comisionado” James Gordon de Edgar Wright, aliado del protagonista en la faz investigativa. Porque esta Batman es eso: un buen -por momentos muy buen- ejercicio detectivesco. Si resultará o no un atractivo suficiente como para convertirse en pasión de multitudes es algo que se desvelará en los próximos días cuando el film llegue de manera masiva y global a las salas de cine.