Un espectacular regreso del Hombre Murciélago
Tras varios idas y vueltas, la nueva película en solitario de uno de los superhéroes más icónicos de todos los tiempos quedó en manos de Matt Reeves (Cloverfield, la trilogía The Planet of the Apes), con la cuestionada elección de Robert Pattinson para interpretar al famoso encapuchado. ¿El resultado? Tan notable como cualquiera hubiese querido.
Cada llegada del Hombre Murciélago a la pantalla grande es motivo de polémica. Pasados varios años, incluso todavía son bastante latentes las grietas que produjo el último Batman interpretado por Ben Affleck. Desde su elección, denostada por unos y apoyada por otros –sin muchos fundamentos que vayan más allá de las expectativas que se tenían con el personaje-, y luego, su atribulado paso por el DCEU, amado y odiado en idéntica medida, todo parecería indicar que ponerse bajo el famoso traje no es un tema menor.
Tras Batman vs. Superman, un breve cameo en Escuadrón Suicida y La Liga de la Justicia (en sus dos versiones), Affleck abandonó el papel -se supone que su despedida oficial será con The Flash, de Andy Muschietti– y así, lo que implicó que la película individual del superhéroe que pensaba dirigir, escribir y protagonizar quedara sin efecto, al menos hasta que Matt Reeves fue confirmado para continuar el proyecto, desarrollando -conforme las declaraciones del director- un guion sumamente distinto al concebido en primera oportunidad por Affleck. No obstante, el mayor misterio giraba alrededor de un punto un tanto más delicado: ¿Quién sería el nuevo murciélago? Para sorpresa de muchos, Robert Pattinson fue el elegido. Hoy, pasado más de un año desde el primer y misterioso avance lanzado a mediados del 2020, y tras numerosas especulaciones sobre la elección de Pattinson para el rol, puede afirmarse que no solo su interpretación cumple con las expectativas, sino que, además, Matt Reeves entregó el relanzamiento que cualquier fan del personaje -sea a través de los cómics o de películas anteriores- quisiera ver.
En primer lugar, no. No se muestra el asesinato de los Wayne. Ni con el fin de desarrollar el personaje, como lo hizo la trilogía de Christopher Nolan, ni tampoco por el simple hecho de tener que mostrarlo sin mucho sentido, como lo ha hecho Batman vs. Superman o Joker, en este último caso para forzar innecesariamente la conexión entre el icónico villano y el encapuchado. En efecto, tampoco hay que ser testigos de los inicios del superhéroe, o al menos de los que se acostumbran a ver en cada película que presenta a un personaje con el fin de hacer una saga. Sí, en cambio, podría hablarse de una etapa inicial del murciélago si se tiene en cuenta que el relato lo presenta en su segundo año como justiciero nocturno.
De esta manera, lejos de cualquier representación pasada -amén de que quien lo intente pueda suponer que hay un poco de acá y un poco de allá-, Matt Reeves se interesó en que Batman tenga su película más personal a la fecha, dándole total protagonismo al murciélago dentro de un misterio policíal por momentos setentoso (el Riddler de Paul Dano estuvo claramente inspirado en el “Asesino del Zodíaco”) que le permite relucir al personaje sus mayores atractivos. Tal es así que pocos son los momentos en que Pattinson tiene tiempo para ser Bruce Wayne ya que la mayor parte de las casi tres horas que dura la película lo tienen enmascarado y, vale aclarar, con una presencia desde ya imponente. Sea desde su notable introducción mediante voz en off, con una primera aparición digna de los aplausos de los más fanáticos, hasta cada mínimo aporte en pantalla, el nuevo Batman tiene la suerte de contar un guion ideal para poder lucirse de manera absoluta, de la misma manera que el resto de los icónicos aliados o enemigos que lo enfrentan. Es así que ningún secundario es relegado a la irrelevancia y que en una trama tan cargada de personajes -especialmente de villanos, cada uno contando con excelentes momentos – el desarrollo sea tan verosímil y fluido es digno de destacar.
Por otro lado, The Batman logra ser una experiencia fascinante gracias a su absoluta independencia. Quienes comulguen con la visión que tanto Reeves como sus coguionistas, Mattson Tomlin y Peter Craig, decidieron llevar a cabo -bastante más oscura e intensa que cualquier otra que se haya hecho en el cine- disfrutarán que la película no depende de obras pasadas ni mucho menos futuras, que prioricen cautivar al espectador por lo que vendrá y no así por lo que acaba de ser. Por el contrario, más allá de las altas probabilidades con las que cuenta esta nueva saga para continuar en el futuro, The Batman resulta apasionante sin depender de nada más que su propia virtud.
Con una espectacular fotografía de Greig Fraser (Dune), siendo que prácticamente todas las secuencias de acción transcurren de noche y se aprecian con una claridad poco común en el género, CGI indetectable, un inolvidable main theme compuesto por Michael Giacchino, The Batman significa -y significará- un notable exponente del cine de superhéroes e indudablemente cosechará una enorme cantidad de fans tras su visionado. Claro que serán inevitables las odiosas comparaciones que relativicen a cada encapuchado a una condición de “el mejor” o “el peor”, pero si de algo sirve a los fines de este texto, probablemente sean muchos los que opten por la primera calificación en este caso.
Aunque sin dudas Matt Reeves haya pensado en que la experiencia sea única y se disfrute como tal, se torna inevitable no desear más producciones con Battinson al frente, la cautivante Catwoman de Zoë Kravitz con aún más protagonismo o al siempre brillante (y esta no es la excepción) Jeffrey Wright, investigando junto a Batman a la par en su papel de Jim Gordon. De todas maneras, basta decir con que este relanzamiento será suficiente por bastante tiempo. Y que el Hombre Murciélago regresó con toda la espectacularidad que merece.