DC Comics vuelve a la carga con una nueva entrega de su personaje más famoso. «The Batman» conquista las salas de todo el mundo a partir de esta semana. Se trata de un reinicio de la saga con nuevos intérpretes y una historia bastante fresca. Relata el segundo año de lucha contra el crimen del héroe. Debe seguir los indicios para descubrir la verdad sobre el acertijo, un asesino en serie que deja en evidencia la corrupción existente en Gotham. Según fuentes oficiales, la historia está inspirada en cinco comics de Batman y dos de Catwoman. Entre ellos destacan «El largo Halloween», «Ego» y «Año uno». Se encuentra la lista completa en ECC Comics.
La mente detrás de la nueva aventura del caballero oscuro es Matt Reeves. Tuvo bajo su cargo la dirección, fue parte de la producción y escribió el guion junto a Peter Craig. Su filmografía como director es breve pero eficaz, podemos encontrar «Cloverfield» (2008), «Let me in» (2010) y las dos secuelas de la trilogía de «The planet of the apes» (2014 y 2017). Si buscamos en sus trabajos como guionista y productor, los créditos se extienden hasta 1993. En conclusión, a pesar de no poseer demasiado ruedo como cineasta, es un veterano de la industria. Fue una apuesta arriesgada, pero acertada, por parte de la productora ya que barajaron nombres con más espalda en el cargo como Denis Villeneuve o Ridley Scott.
Sin más preámbulo, comencemos a desmenuzar nuestra experiencia viendo la película. Como ya mencionamos anteriormente, se trata de una historia de inicio. Nos encontramos con un Batman aún dudoso de sus acciones, que no logra descifrar si su presencia ayuda o modifica en algún aspecto a esa Gotham tan corrompida. En este punto nos detenemos para hablar de Robert Pattinson. Su elección como protagonista fue cuestionada desde el primer momento por los fanáticos. Pero con el pasar del tiempo y la llegada de los teasers y trailers se fue afirmando como el actor ideal. A fin de cuentas, podemos afirmar que efectivamente su labor como el enmascarado es ejemplar. Construye un personaje calmo, monosilábico y parco que denota grandes inseguridades y un latente estado de ira, lo que deriva en un continuo clima tétrico invadido por pequeños momentos de cólera absoluta. Su personaje deambula constantemente entre conflictos internos, Reeves da lugar al desarrollo de esos dramas y sale triunfante.
En línea con lo sombrío de su protagonista, la cinta comparte el tono melancólico y realista. Durante los primeros minutos se encarga de describir la inmoralidad de la ciudad y lo que significa el héroe en esa viciosa realidad. Logra que el espectador perciba el miedo de los malvivientes ante la presencia del caballero de la noche. El clima general del film es oscuro y tiene varios elementos de thrillers policiacos. Gracias a la participación del acertijo y sus pistas, podemos tener presente a películas como «Seven» (1995) o «Zodiaco» (2007) del maestro David Fincher. Ese detalle permite extraer la parte detectivesca de Batman, algo muy desarrollado en los comics y videojuegos, pero que poco se ha visto en el cine. Toda esa atmósfera sepulcral se ve aliviada con pequeñas, y necesarias, dosis de humor proporcionadas principalmente por el comisionado Gordon y el pingüino – tal vez el personaje más caricaturesco del film -.
Como resultado de ese minucioso trabajo de presentación de personajes e historia, su apartado visual se encuentra a la altura. El encargado de la fotografía, Greig Fraser, hace un trabajo magistral en el uso de los claroscuros para enaltecer la figura de su héroe y mantenernos inmersos dentro de la cinta. Consigue generar imágenes metafóricas – a veces poco sutiles – y de alto impacto. En líneas generales, no es una cinta que brille por su espectacularidad visual, sino que se apoya más bien en los pequeños detalles que la componen para ser disfrutable de todas maneras, sin depender de la calidad de sus efectos visuales o el tamaño de sus destrozos edilicios. Por estas razones, goza de un montaje que se toma su tiempo, no pierde la cabeza por generar dinamismos acelerados o crear situaciones inverosímiles en pos del entretenimiento.
Dicho esto, nobleza obliga, debemos mencionar que sus casi tres horas de duración se hacen sentir. El guion tiende a mantenerse en una línea constante de crecimiento, pero en determinados momentos sufre un bajón de ritmo que desconecta un poco y nos devuelve a la realidad. Nada demasiado notorio, pero no se puede negar. Aun así, hacia el final reconectamos con todas las fuerzas para disfrutar del clímax de la obra. Acá hacemos otro comentario: los últimos minutos del film se dedican a dejar puertas abiertas para futuros eventos y eso resulta un poco contraproducente por lo poco orgánica que resulta la inserción de las escenas.
De vuelta con el aspecto técnico, en cuanto al apartado sonoro, encontramos un excelente trabajo de Michael Giacchino. El compositor musical tiene una amplia trayectoria de casi treinta años. Es un experimentado en materia de superproducciones. Trabajó con Pixar, Disney, Marvel, Lucas Film y musicalizó las franquicias de «Star Wars», «Star Trek», «Jurassic World», «Misión imposible» y hasta «Spider-man». En esta ocasión, crea un soundtrack exquisito para terminar de completar el aura sombría de Batman. Origina una melodía principal que va variando según la escena lo requiera y se encarga de dejarnos el leitmotiv de la obra incrustado en nuestras mentes. Es imposible que no salgas de la sala tarareándola.
El artículo se extiende más de lo común, pero no podemos dejar de hablar de quienes acompañan a Pattinson en su travesía. En el campo de los aliados nos encontramos con Zoe Kravitz, quien nos regala una sensual y carismática Catwoman. Nos vende correctamente el perfil de heroína independiente y desprende una química tremenda con Robert. Romance no nos faltará. En segundo lugar, nos encontramos con Jeffrey Wright que nos brinda un James Gordon del que todos nos encariñamos. Fiel a sus convicciones, pone la justicia ante todo y no duda en confiar en su amigo encapuchado.
Finalmente, del bando de los delincuentes, nos encontramos con la frutilla del postre. En primer lugar, Paul Dano (el acertijo) ofrece un villano desquiciado que genera temor por sus modismos más que por sus acciones. Podemos asemejarlo fácilmente con el increíble trabajo de Heath Ledger en el papel de Guasón. Aquel intercambio verbal con Batman es de lo mejor de la película en términos de importancia argumental. Luego tenemos a John Turturro (Carmine Falcone) quien interpreta a un poderoso capo de la mafia que, a pesar de sus breves apariciones, genera una solidez inesperada. Su tono inquisitorio y el manejo detrás de las sombras cual titiritero de Gotham está en otro nivel. Por último, Colin Farrell (Pingüino) logra diferenciarse de su excelente antecesor en el puesto, Danny de Vito, en manos un pintoresco, particular y carismático gángster. Si te quedaste con ganas de verlo en acción, es solo cuestión de tiempo, ya que se encuentra en producción una serie sobre el personaje.
En conclusión, podemos afirmar que «The Batman» es una obra ambiciosa que tiene estilo propio. En tiempos de crossovers y multiversos, es agradable ver cómo una película se sustenta por sí sola con un protagonista y sin depender de grandes usos de CGI ni un argumento que incluya el fin del mundo. A pesar de algunas inconsistencias en su historia, la cinta brilla por sus sobresalientes personajes, sus momentos icónicos y el perfecto manejo de su puesta en escena y clima general.