El director Matt Reeves lo entrega todo en una película que está a la altura del personaje, con Robert Pattinson como el Caballero de la Noche.
Los superhéroes agotaron la pantalla, de eso no hay dudas. Lo bueno es que el género siempre puede sorprendernos y entregarnos algo que nos haga pensar «qué lindo que es este personaje» y eso, justamente, es lo que logra The Batman.
Con más de 80 años de existencia, innovar con Batman parece algo casi imposible, pero por suerte, hay tantas versiones del personaje como hay autores. Lo más interesante que tiene el encapotado es que funciona como espejo de la persona que lo tiene en sus manos; y me atrevo a decir que Matt Reeves logró verlo como nunca antes.
«Batman es un científico», cuántas veces hemos escuchado esa frase y sin embargo, ¿cuántas veces hemos visto al murciélago lidiar con la investigación en sus encarnaciones? Acá es donde Matt Reeves encontró la manera de adueñarse del personaje, llevarlo a sus raíces y al mismo tiempo presentar a un Bruce Wayne distinto, a un Batman que recién empieza y no sabe muy bien quién es o qué rol cumple en Gotham.
Acá igual Batman no es un científico, es detective. Esta fue una de las primeras cualidades que le aportó Bill Finger al personaje antes de que Bob Kane se adueñara de su creación y no compartiera nunca el crédito de la creación del superhéroe más importante.
Pero este Batman tiene que tener algo más que ser detective para funcionar, y parece que Reeves eligió de manera precisa y muy acertada cada una de las virtudes que quería para su película. Así, nos encontramos con una breve aunque muy emotiva exploración de su relación con Alfred, encarnado por un sensacional Andy Serkis. Además, tenemos la tensión constante con Selina Kyle, una de las pocas personas que lo comprende y a la que le da vida Zoë Kravitz en un rol que le queda perfecto. Acá, las relaciones que lo rodean y cómo se percibe él, ocupan un lugar primordial en la historia.
Aunque principalmente, tenemos a un villano, the Riddler, que funciona como disparador de todo lo que Bruce deberá enfrentar en su futuro como el protector de Gotham. En esta película, Bruce Wayne tomó el manto de Batman hace tan solo dos años. “Soy venganza”, se lo puede escuchar decir en el tráiler. Así es como él se percibe, así ve su rol como justiciero en una ciudad a la que, decirle complicada, es quedarse cortos. Lo lindo que nos presenta The Batman y hace que esta se sienta como una historia original, es que deberá encontrar el significado detrás de eso.
The Riddler, el villano perfecto para esta entrega -y una prueba más de que Paul Dano es uno de los mejores actores de su generación-, está siempre un paso más adelante y es justamente acá donde Bruce debe poner a prueba sus cualidades detectivescas, algo que recién empieza a explorar.
En medio de este caos generado por el inolvidable villano que aterroriza a Gotham, Batman también trabaja codo a codo con el teniente Gordon, porque el ascenso a comisionado todavía no pasó. Acá, Reeves vuelve a confiar en la parte emocional de estas historias que tanto han sido exploradas en las viñetas y le aporta algo muy especial a la relación entre el héroe y el que va a ser siempre su principal aliado en la lucha por la salvación de Gotham.
Lo que logró mejor que nadie es darle a Gotham esa personalidad que necesita en todas las historias. Esta versión de la ciudad no puede ser asociada a ninguna análoga de la vida real. Acá la capital del crimen es un personaje más, la razón y consecuencia de todo lo que pasa en ese rincón abandonado del mundo. La mafia como gobernante indiscutido, el lugar más corrupto del mundo y todo esto como consecuencia directa de la gente que vive allí y viceversa. Se intentó hacer en muchas oportunidades, pero The Batman es la primera película que logra contar una historia que se siente como parte de esta ciudad y que al mismo tiempo la tiene como protagonista.
Por último, queda nombrar al protagonista, al hombre del momento, Robert Pattinison. Que la elección de Batman cause controversia no es algo nuevo, ya lo experimentaron Michael Keaton y todos los que le siguieron. Acá, el británico logró desmarcarse de tal manera de los prejuicios que lo seguían que entregó al Batman más fiel al personaje de origen y al mismo tiempo único y original que vimos en la pantalla grande hasta ahora. Puede que su Bruce Wayne necesite algún pulido, pero incluso en esos “errores” se puede encontrar algo más que los hace redimibles.
En un momento en que estas historias parecían haber saturado todo, The Batman demostró que aún se pueden contar historias de personajes explotados hasta el hartazgo y entregar algo nuevo, original, entretenido e inolvidable.