Batalla que parece publicidad militar
Lo único original de esta invasión extraterrestre es el hecho de que, por algún motivo obtuso del guión, casi solo se concentra en el mar. Este detalle permite que todo el asunto parezca una especie de publicidad militarista tipo «join the army!». De hecho, la trama se ocupa de presentar un personaje que hace todo mal hasta que entra en la marina estadounidense; apenas un par de días después termina ascendiendo a capitán, además de salvar el mundo.
Los efectos especiales son excelentes, pero el guión no se decide ni en el tono ni en la historia que realmente quiere contar: los primeros actos parecen formar parte de una comedia disparatada, luego hay una especie de cine catástrofe que solo afecta a Hong Kong. Finalmente todo se decide en un absurdo combate naval que solo se sostiene por los excelentes rubros técnicos, empezando por los efectos digitales. Hay que reconocer que el diseño de los aliens y su parafernalia también es notable.
Se supone que las limitaciones argumentales están relacionadas con la franquicia del juego antiquísimo del título, renovado como videogame. pero esta superproducción termina pareciendo más que nada esa especie de film publicitario militarista al que ya hicimos referencia. Al menos, como único actor serio de carácter, Liam Neeson tiene un par de escenas chistosas.