En realidad, para ver descontrol y batallas monstruosas, es mejor Los Vengadores, que además tiene corazón y humor. Esta película adapta un juego (no se ría: adapta ni más ni menos la batalla naval que usted jugaba con papel y lápiz pero en la versión plástico de la firma Hasbro) al formato “soldado irresponsable que se vuelve heroico mientras robots monstruosos hacen puré la Tierra”. Bueno, es eso, ni más ni menos: cine de ingeniería mecánica, juguete fugaz y un poco de aturdimiento a la mode.