De la línea de juguetes y juegos de mesa de Hasbro, que anteriormente nos trajeron Transformers, películas que visualmente nadie puede negar que son impresionantes (hasta nominaciones al oscar tuvo), pero que en cuanto al guión quedaron mucho a deber, llega ahora Battleship: Batalla Naval, dirigida por Peter Berg (Hancock), y estelarizada entre otros, por Taylor Kitsch (John Carter), Liam Neeson, y Brooklyn Decker y Rihanna en el "atractivo visual".
Si la nota dice "transformers a nadar", es porque, literalmente, nos encontramos con más robots, sólo que ahora en el mar. La premisa es sencilla: en medio de unos juegos navales (como una especie de olimpiadas pero para la Marina), se encuentran con una nave en medio del océano que resulta ser el inicio de una invasión alienígena. Y aunque la película se tarda mucho (mucho) en despegar, cuando lo hace, se agradece que el componente cursi quede a un lado, centrándose exclusivamente en la batalla, por dos frentes. Con situaciones inverosímiles como corresponden a este tipo de películas, llega el momento en que se justifica el nombre: se ponen a jugar en pleno tablero intentando adivinar en dónde está la nave enemiga para matarla.
Y la verdad es que está entretenida. No va más allá de intentar entretener al público, con una historia sencilla y el mero pretexto de lucir efectos especiales bastante impresionantes, que ayudados por la inmensa complejidad y al mismo tiempo, sencillez del mar, tienen una profundidad muy diferente. Tenemos la batalla en primer plano, con barcos y fuerzas armadas; aunque yo me pregunto, ¿cómo es que Rihanna sale sin un rasguño?
Al final, termina dando un giro, si no inesperado, por lo menos bastante fuera de lo común, pero al mismo tiempo, innecesario. Y sobre todo, el final decepcionante. No quiero dar spoilers, pero pues ya sabemos como acaba la mayoría de estas películas: los buenos siempre ganan. Solo que en este caso, la forma en la que lo hacen es bastante... inverosímil. No sé si su intención fue hacer un tributo a la marina, o algo parecido, pero el final me pareció bastante fuera de lugar.
Eso, si, otra cosa que es bastante recomendable, es el soundtrack. Canciones de Creedence Clearwater Revival, Rolling Stones o los Stone Temple Pilots, hacen una delicia la parte auditiva. Cumplidora en efectos, aunque con actuaciones bastante planas. La edición y la fotografía es lo que más sobresale. Si quieren llevar a los pequeños de la familia o a los adolescentes que disfrutan de un espectáculo visual, al menos, por ese lado, no defrauda.