Un coming-of-age con más buenas intenciones que aciertos.
In my life
Alguna vez, todos los que no vivimos durante la época en que se desató la Beatlemania, vimos videos de Los Cuatro de Liverpool causando estragos en cualquier parte del mundo a la iban, desde su Inglaterra natal hasta Estados Unidos. Casi todo el globo terráqueo había escuchado hablar de ellos o conocía por lo menos una canción, incluso en lugares donde su música no era tan simple de adquirir. Uno de estos lugares era Noruega. ¿Como afectó esta moda en una sociedad conservadora como la de Noruega en los años sesenta?, pero más importante aún ¿como afecto la aparición de la banda en los jóvenes que casi a escondidas comenzaban a consumir su música? Sin dudas, Beatles tiene un interesante punto de partida.
Kim, Seb, Gunnar y Ola son cuatro amigos que viven en Oslo, Noruega durante la década del sesenta. Mientras sobrellevan sus problemas familiares y desilusiones amorosas con las chicas, como muchos otros jóvenes en el mundo se identifican y disfrutan con la música de Los Beatles. Escuchando los discos recluidos en un cuarto y lejos de la vista (y oídos) de los adultos, sueñan con algún día poder alcanzar el mismo éxito que sus ídolos, por lo que aún con el poco talento musical que hay en ellos forman su propia banda de covers. Beatles está basada en el best-seller escrito por Lars Saabye Christensen.
Pero más allá de tener la particularidad de ser un coming-of-age contado a través de la música de Los Beatles (con las canciones originales como parte de la banda sonora) y ser visualmente atractiva (desde lo técnico y por los hermosos paisajes noruegos que retrata ), la película padece de un síntoma común a la hora de adaptar una historia como esta, y es ese el de abarcar mucho y apretar poco. Dando la sensación de que los realizadores no se decidieron bien a la hora de la adaptación con que cosas despachar y que cosas mantener en el guión, la convulsionada historia avanza mientras los personajes se van construyendo muy de a poco, a veces al borde del aburrimiento. Algunos conflictos aparecen y desaparecen, otros se los presentan pero nunca se desarrollan por completo y cuesta trabajo identificar hacia que lado pretende ir el film hasta muy adelante en el metraje. Los cuatro jóvenes protagonistas hacen un buen trabajo y logran armar personajes con los cuales podemos simpatizar, y más allá de un puñado de momentos bien logrados, la sensación que nos deja es de sabor a poco.
Conclusión
Aunque entusiasma la idea de coming-of-age contado a través de la música de Los Beatles, no es este el mejor ejemplo que se me podría ocurrir. Pero mientras esperamos que alguien más lo intente con mejores resultados, Beatles debería ser suficiente. Después de todo está encabezada por un simpático grupo de jóvenes que cumple sin demasiados compromisos, tiene algunas hermosas imágenes de Noruega dignas de una postal, y algunos logrados momentos con la música de Los Cuatro de Liverpool de fondo son algo más fácil de digerir.