Esta es una película dura, pero extraordinaria, sobre la lucha de un padre que intenta ayudar a su hijo a salir de la adicción a las drogas, en específico a la poderosa anfetamina. Protagonizada por Steve Carrel y un sorprendente Timothée Chalamet -el mismo de CALL ME BY YOUR NAME- quien logra una comprensión acabada de todo lo que sucede a su alrededor tanto interior como exteriormente, sus acciones se convierten en una indecisión que se tornan impredecibles.
Basada en un el best seller escrito por el mismo padre y el hijo, el guionista Luke Davis -el mismo de CANDY y quien obtuvo su primera nominación a los Premios de la Academia con LION- supo encaminar un relato que pudo haber caído en una monotonía, pero que sale airoso dentro del caos mental por donde los personajes deambulan. Detrás de cámara, su director, el belga quien supo llenarse de premios con THE BROKEN CIRCLE BREAKDOWN era el indicado también para encarar este proyecto que asentó sus bases en lo actoral.
Quien vaya a verla, recomiendo se quede hasta el final, puesto que después de la primera música de los créditos, se puede escuchar un recitado escrito por este hijo que -siendo adolescente- supo demostrar el talento para la escritura que poseía