Calificación: 65%
La película "Beautiful boy, siempre serás mi hijo" habla sobre las enfermedades de adicción, principalmente a la metanfetamina, una de las drogas más letales y más dañinas para el cerebro. Basado en los libros del periodista David Sheff (aquí interpretado estupendamente por Steve Carell) acerca de los avatares de su hijo con problemas de adicción, Nicholas (Timothée Chalamet), el filme ahonda en el vínculo padre- hijo y en lo terrible de esta enfermedad.
El aporte de la película es exponer los dos puntos de vista: el del adicto y el del entorno familiar. No es sólo el adicto quien es afectado por la adicción incontrolable a las drogas sino también sus seres queridos que ya no saben cómo ayudarlo o cómo lidiar con el problema en cuestión.
Una película muy dura en la que el joven a veces pide ayuda y en otras no desea recibirla, pues el único poder lo tiene él mismo para salir de la situacion. Un viaje de aprendizaje sobre todo para su padre en el que deberá poner límites y decirdir hasta dónde involucrarse por más dificil que esto sea.
El tono pedagógico del filme está enfatizado porque este joven en particular es brillante y tiene un futuro académico prometedor, interrumpido por la droga, la cual es representada como destructora del mismo.
Aunque por otro lado, esto evidencia que a cualquiera puede pasarle, por más feliz que parezca. El joven en cuestión sentia un vacío que llenar y su adicción tapó ese problema anímico. Esto se evidencia en lo formal a través de los flashbacks que muestran los recuerdos de la infancia y los momentos compartidos entre padre e hijo en donde probablemente ambos se preguntan dónde surgió ese vacío.
A pesar de una música abrupta y obvia, pero con excelentes actuaciones y una intriga bien construida, la película explora un tema muy actual de forma muy emotiva para quienes puedan (y quieran) soportar el drama y la angustia.