Este film se encuentra dirigido por el belga Felix van Groeningen y la producción está a cargo de Brad Pitt, se encuentra basada en una historia real, donde va narrando los problemas que vive una familia, la causa es la adicción a la metanfetamina de un joven adolescente Nic Sheff (Timothée Chalamet, “Llámame por tu nombre”, una vez más en una destacada interpretación), su padre David Sheff (Steve Carell), intenta ayudarlo constantemente, esta situación le trae complicaciones en su nuevo entorno familiar, porque por otra parte esta su esposa Karen Barbour (Maura Tierney) y dos hijos pequeños de este matrimonio y del otro lado está la madre del adolescente Vicki (Amy Ryan) de quien quiere que su ex marido se ocupe.
Se van mostrando los miedos, el desamparo, lo duro que puede resultar rescatar a un hijo de las drogas, esto se va complementado con jugosas charlas entre el padre y el hijo y un acercamiento a través de juegos con sus hermanos. Resulta todo un símbolo cuando vemos en algún momento de estas situaciones un rayito de sol que ingresa por cierta hendija queriéndonos decir que existe una pequeña esperanza.
Lo que muestra el director y el guión es la preocupación de este padre ante cada recaída de su hijo, David busca liberarlo a Nic de su adicción, investigando, intentándolo todo, pero cuando no da para más, va más allá que el descenso a los infiernos y todo se sale de control, se plantea hasta donde un padre puede continuar sosteniendo su vida y la de los demás.
El film finaliza con una leyenda muy interesante diciendo que la sobredosis de drogas es ahora la principal causa de muerte para los estadounidenses menores de 50 años. Los tratamientos de la adicción se financian de manera masiva y no está regulado, hay personas que trabajan incansablemente en todas las comunidades para combatir esta enfermedad.