Deberían poner un anuncio en los cines.
Mirar más de una película con Robert Pattinson por mes puede ser perjudicial para la salud.
En este caso lo encontramos en Bel Ami, una nueva adaptación de la novela homónima de Guy de Maupassant, publicada en 1985, que fue llevada al cine previamente en varias oportunidades y hasta tuvo una parodia porno en los años ´70.
Esta debe ser una de las peores adaptaciones que se hizo de este clásico relato y en este caso sí resultó clave el casting de Pattinson como el seductor George Duroy, un rol que le quedó demasiado grande al actor.
Bel Ami es una película que logra hacerte reír por los motivos equivocados.
Es imposible que no se te escape una carcajada cuando te encontrás con una historia como esta donde su protagonista tiene los mismos recursos expresivos que Karina Jelinek.
Cuando el tipo intenta ser seductor en su rostro parece que tuviera problemas de acidez estomacal y la verdad que el joven Robert se le complicó bastante transmitir la complejidad que tiene el personaje de Maupassant.
Con Bel Ami a las defensoras de Pattinson se les acaba los argumentos porque queda demostrado que el tipo sigue laburando en el cine porque fue parte de una propuesta popular para adolescentes como Crepúsculo.
Cualquier otro actor que hubiera interpretado al desopilante vampiro Edward Cullen le hubiera ocurrido lo mismo.
Robert Pattinson es un actor malo y en Bel Ami se hace evidente con un tremendo reparto femenino, donde cada una de las actrices lo pasan por arriba en las escenas que comparten con él.
De hecho, si hay un motivo por el que valdría la pena ver esta película es debido al trabajo de Cristina Ricci, Uma Thurman y Kristin Scott Thomas, quienes son las que se cargan esta producción al hombro y logran que la trama dentro de todo sea llevadera.
Bel Ami encuentra sus mayores virtudes en otros campos artísticos donde se destaca la fotografia de Stefano Falivene (colaborador de Wes Anderson en Vida acuática) y la reconstrucción de era victoriana que sobresale por el diseño de producción y los vestuarios.
En ese sentido, los seguidores de los dramas de época tal vez encuentren a esta propuesta un poco más interesante.