Relaciones convenientes
Georges Duroy (Robert Pattinson) es un ex soldado que llega a París, procedente de Argelia, pobre y poco instruido, pero muy atractivo y consciente de ello. Una noche, en un cabaret, se encuentra con Charles Forestier (Philip Glenister) su superior en Argelia, quien ahora trabaja en un importante diario parisino, y decide darle una mano, invitarlo a cenar y presentarle a algunas personas influyentes; lo demás dependerá de Georges.
Como una escena premonitoria, antes de la cena, se sientan frente a él tres mujeres que lo observan con entusiasmo: la esposa de Forestier, Madeleine (Uma Thurman), Virginie Rousset (Kristin Scott Thomas) y Clotilde de Marelle (Christina Ricci).
Durante la cena, George, mal vestido e incómodo, comprende que a través de esos hombres de prensa, y sus esposas, él podrá conseguir lo que quiere. Y sale de allí con un trabajo de columnista.
Por supuesto que como redactor no logra lucirse demasiado, y debe comenzar a desplegar sus otras habilidades, no para impresionar a sus jefes, sino a sus esposas. Las cosas no resultan tan simples como esperaba; a veces se manipula, y a veces se es manipulado. La gente con dinero no solo se dedica a gastarlo, sino también a generar intrigas para conseguirlo. George, parece a prueba de todo, y no solo resulta un gran seductor, sino también un gran estratega.
La recreación de época es impecable, nada jugada en cuanto a lo estético, solo recrea la época en detalle. Hay muchos primeros planos, donde la cámara no necesita más que silencios y gestos, que no todos los actores pueden llevar con altura.
La historia no es nada novedosa, ya hemos visto muchas películas sobre hombres que han trepado socialmente gracias a su encanto, pero la debilidad de la película recae en Robert Pattinson, que si bien genera mucho misterio con su mirada entre depresiva y bucólica, no parece tener toda la fuerza necesaria para sostener un personaje como este.
Por otro lado los roles femeninos son muy interesantes, ya que no se limitaron a poner tres mujeres como simples objetos de seducción, sino como esposas que desde las sombras saben como lograr lo que quieren, en una sociedad de doble moral.
El personaje de Uma Thurman es destacable, como una mujer brillante para su época, pero que no puede ponerle la firma a sus pensamientos, y necesita un esposo a quien manipular para poder escribir lo que piensa. Las tres actrices principales están correctísimas en sus roles, y logran alcanzar todos los registros necesarios para sus personajes.
Una historia más, sobre un personaje que solo necesita de su encanto, para trepar en una sociedad con mucho dinero, pocos valores, y mucha hipocresía.