No hay mejor forma de decir la verdad que relatándola uno mismo. Reflexionar sobre lo vivido y volcarlo en un guion. Es por eso que Kenneth Branagh escribió y dirigió el film Belfast, uno de los estrenos de cine de la semana, que tiene 7 nominaciones a los Premios Oscar -incluyendo Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guion Original-.
En esta cuasi autobiografía escrita en cuarentena, el actor/realizador cuenta la vida de Buddy (Jude Hill), un niño de 9 años, con sus padres (Caitriona Balfe y Jamie Dornan) y abuelos (Ciaran Hinds y Judi Dench) en el Belfast de 1969 mientras que a su alrededor se sucedían “Los Problemas” (The Troubles, en inglés), un enfrentamiento civil armado en Irlanda del Norte que duró décadas y dejó miles de muertos y heridos.
La película, aunque comienza directamente con el conflicto, no se enfoca en él, sino que da una perspectiva diferente, la de un niño de 9 años que juega en la calle con sus amigos, que se esfuerza en matemáticas porque le gusta una compañera de clase y que empieza a notar que sus padres, más allá de ser superhéroes y personas que lo aman, son seres humanos con errores y con deudas que saldar.
Con una mezcla de costumbrismo y lejano oeste, Branagh decidió que el film sea en blanco y negro -a lo Roma (2018), de Alfonso Cuarón-, con muy específicos flashes de color que traen vida e inspiración a un pasado gris. Utilizó, además, una gran cantidad de primeros planos que permitían que la emoción traspasase la pantalla.
Pero si hay que destacar algo por encima de todo es al elenco. Hay algo de Branagh que se contagia en el ensamble y logra sacar lo mejor de absolutamente todos: empezando por la hermosa y muy divertida relación que hay entre los personajes de Ciaran Hinds y Judi Dench -ambos nominados al Oscar por sus roles secundarios-, el vínculo amor-odio-amor entre los personajes de Caitriona Balfe (quien nunca deja de sorprender como actriz) y Jamie Dornan (gran trabajo del nativo de Belfast) y la inocencia de un maravilloso Jude Hill, en su debut cinematográfico. Todos ellos elevan el largometraje aún más.
Como todo film que se enfoca en el pasado, la música cumple un rol fundamental que es introducir al espectador a la década de los ’60 y lo cumple con creces. Más de a una persona en la audiencia le tocará la fibra de la nostalgia.
“Los Problemas” son un conflicto que dejó una profunda huella en Irlanda del Norte, y aunque hay una paz firmada, todavía hay pequeños focos de violencia que la fragilizan. Sin embargo, lo que muestra Belfast, y por ende Kenneth Branagh, es que lo humano está por encima de todo eso, que la ciudad sigue siendo tan bella como nunca, y que las raíces no se olvidan y se quedan con uno. Sin importar en donde estemos ahora.