Nostálgico relato de tintes autobiográficos de Kenneth Branagh en el que los recuerdos sobre las disputas en Irlanda, que exigieron el exilio de miles y miles de habitantes, es la excusa para hablar de una época en la que estaba todo por descubrir, y en donde pese al contexto trágico, la inocencia de un niño se mantenía inquebrantable. Con una puesta en escena única y una banda sonora contagiosa, a pesar del drama que narra, es una de las grandes candidatas a los premios Oscars.