Me es difícil empezar a escribir sobre esta película porque no sé muy bien por donde arrancar. Lo primero que viene a mi mente es la gran cantidad de lágrimas que derramé…
Si bien está matizado, el film es un gran dramón y es casi imposible no quebrarse en algún momento.
Hay mucho abuso del golpe bajo y es algo para tener en cuenta porque mucha gente prefiere saber eso antes de sentarse a ver una película. Por momentos el espectador realmente la pasará mal (sentimentalmente hablando).
Lo próximo obvio para destacar es el gran cast que posee porque sin ellos la cinta tranquilamente pasaría como un telefilm de Hallmark.
Will Smith, Kate Winslet, Keira Knightley, Helen Mirren, Edward Norton y Michael Peña le dan legitimidad a todo pero aún así ninguno se destaca lo suficiente como para luego recordar su performance.
Queda claro que el papel de Smith es el más resonante y que el actor puso todo de él a la espera de alguna nominación pero el guión no lo ayudó.
El director David Frankel tomó notoriedad hace unos años con El diablo de viste a la moda (2006) y Marley y yo (2008) pero sus trabajos posteriores pasaron sin pena ni gloria por los cines. Con este estreno le sucederá lo mismo.
No es que se trate de una mala película ni de que está mal hecha pero luego de verla y analizarla la realidad es que no se le puede extraer nada memorable ni destacable más allá de la angustia que genera.
Hay un mensaje esperanzador hacia el final pero no alcanza y no compensa.
Belleza inesperada pretende un concepto en su título que nunca se ve y menos se siente. Película apta solo para masoquistas sentimentales