Horror esperable
Uno puede considerar que una película es buena o mala sin que este signifique negarle la forma correcta en la que está realizada. Hay películas que son indignantes, pero son el resultado del éxito de sus realizadores al filmarla. Es decir, no se equivocaron en lo que querían hacer, les salió aquello que buscaban, aun cuando el resultado nos parezca pobre o malo. Pero hay otros títulos, y acá entra Belleza inesperada, que parte de ideas ya muy discutibles y para colmo no logran triunfar en su deseo de llevar dichas ideas a buen puerto. Mala y fallida, para decirlo de forma clara y rápida. Tantas cosas están mal en este compendio de mal gusto que incluso es difícil ordenarse para analizarla. Sin duda esto confirma su condición de película fallida.
El protagonista de esta película multiestelar es Will Smith, quien interpreta al dueño de una agencia de publicidad llamado Howard. El personaje está sumido en una depresión a causa de la muerte de su pequeña hija. Howard tiene como forma de no deteriorarse del todo el ejercicio de escribirle cartas a la muerte, el amor y el tiempo. Si el lector aun no ha dejado esta nota y su deseo de ver la película, paciencia, hay más. Sus colegas y amigos deciden un plan para ayudarlo y es contratar a tres actores de teatro para que interpreten a la muerte, el amor y el tiempo. Sí, la puerta del infierno ha sido abierta de par en par, lo que sigue es solo para estómagos fuertes.
La sumatoria de lugares comunes, frases hechas, momentos solemnes y demás artilugios de baja calidad ética se multiplican y se potencian con una solemnidad aplastante. Solo la presencia de muchos actores conocidos y valiosos como Smith, Edward Norton, Kate Winslet, Michael Peña, Helen Mirren y Keira Knightley nos puede distraer unos minutos de la catástrofe cinematográfica que estamos viendo. Minutos, pero no mucho. Porque la película no tiene la solidez para proteger sus ideas o intentar justificarlas. Es fallida y se le nota desde el principio hasta el final.