Otro cuento de Navidad
Howard Inlet (Will Smith) es un exitoso ejecutivo de una agencia de publicidad de Nueva York y se presenta al inicio como un líder entusiasta y motivado. Su situación cambia drásticamente cuando una tragedia personal le golpea con fuerza, lo que le lleva a caer en una profunda depresión. Decide enviar tres cartas: una la muerte, una al tiempo y otra al amor. Sus colegas más cercanos -Kate Winslet, Michael Peña y Edward Norton- intentarán animarlo y sacarlo de su pozo y ponen en marcha un método poco convencional. Pero este plan traerá consigo resultados imprevistos.
Belleza inesperada (Collateral Beauty) estrenó en diciembre en Estados Unidos y es así que sufre de lo que muchas películas navideñas pecan: querer comportarse como manual de autoayuda y quedarse solo en eso. Y a pesar de contar con un elenco ejemplar (desaprovechado por momentos), el argumento de la película se va derrumbando como un dominó (entenderán la metáfora quienes se animen a ver el film).
Algunas subtramas resultan irrelevantes y todo está puesto a disposición para hacernos lagrimear, que sin dudas lo consigue, pero no hay movimientos en la trama que no se vean venir y es así que no se genera nunca el efecto del impacto. Llega un punto en que el film no sabe qué seguir contando.
Keira Knightley, Hellen Mirren y el estadounidense Jacob Latimore completan el elenco estelar de este relato que se asemeja mucho al de Charles Dickens y su Cuento de Navidad, el que resulta irresistible y es imposible de evocar en fechas festivas. Pero los diálogos predecibles y giros manipuladores, desafortunadamente, no llevan a buen puerto a esta historia acerca de la conexión que no llega a transmitirnos el mensaje inspirador.
Belleza inesperada no es una gran película y no llegará a convertirse en un clásico, pero resulta perfecta para pasar momentos reflexivos y llamar a esa persona que uno quiere y hace tiempo no lo hace.