Un film torbellino, de esos que traspasan la pantalla y se incrustan en los ojos del espectador para asistir al deterioro físico y mental de un DJ alemán en una biopic que hace del vértigo y el descontrol su mejor arma y sabe acompañarla de una banda sonora acorde al ritmo sincopado y galopante en que vive su protagonista. Imposible no movilizarse.-