Baltasar Kormákur es un realizador interesante que alguna vez compitió en Bafici con su opera prima Reikjavik 101, y que mostraba allí dos elementos: gusto por hacer películas e intención de ir directo al centro de cada escena. Hizo algunos thrillers y aquí, Bestia. Básicamente: un león sanguinario (con razones) persigue a un biólogo y sus dos hijas en la sabana africana. El cinéfilo puede ver aquí rastros de Tiburón, Depredador, Jurassic Park y Garras, aquella con
Val Kilmer y Michael Douglas. Hay un problema: la idea de “papá reconecta con sus hijas”, que resta con un cliché lo que sumaría sin explicarse. Y otro: la aparición de “tipos malos” que solo alargan el metraje. Pero más allá de eso el suspenso es efectivo, la bestia permanece como corresponde -y porque así funciona- mucho tiempo fuera de campo (generando miedo) y el protagonista es, como en el Hollywood clásico, no solo un actor sino una presencia: Idris Elba, que se carga gran parte del film al hombro.