AL RITMO DE LA FAMILIA
La ficción argentina, ya sea en cine, teatro, literatura o en televisión, presenta a la familia como un tópico central en la construcción de la trama en un gran número de casos. Bien de familia, una película musical no escapa a esta regla, pero le agrega ritmo y soltura. Con una trama vista ya en reiteradas oportunidades, la muerte del padre de familia desencadena la reorganización de una familia de un pueblo del interior, en la que tres hermanos deberán acomodarse dentro del nuevo esquema familiar.
En un principio, la situación se presenta como amarga y conflictiva, aflorando viejos y nuevos rencores familiares. A pesar de esto, la contada pero numerosa interrupción de la acción por la entonación de canciones por parte de los protagonistas, permite dar un respiro y un aire nuevo a esta temática ya tantas veces trabajada tanto aquí como en la cinematografía mundial. Explotando las bonitas postales que un pueblo del interior puede presentar, con sus callecitas de barrio bañadas por el sol, con puestas poéticas vistas a través de un gran campo verde, la fotografía del film se compone de forma artísticamente adecuada, ya que no abusa de lo estético del lugar, sino que sabe usarlo en su justa medida. Lo mismo sucede con las canciones: las mismas no componen en sí la parte más importante del film, sino que sirven como monólogos interiores de los personajes, ayudando a expresar aquello que ellos mismos no pueden o no se animan a decir.
Los personajes principales por antonomasia son el trío de hermanos, Olivia, Victoria y Marcos, acompañados por personajes secundarios (Ernestito, Clarisa y la tía paterna) que los ayudarán a encontrar aquello que buscan o la realización personal de cada uno. Las interpretaciones son pertinentes a la finalidad del film, que es entretener, no sobresaliendo ninguna por sobre las demás.
Es interesante como el tratamiento del tema central del film -cómo seguir después de la muerte del “jefe de familia”-, atenuado por la música, termina manifestándose con la naturalidad con que la muerte podría ser tomada, siendo un paso más en el devenir de la vida. Este fallecimiento permite reparar viejos rencores y traumas infantiles, además de acortar las distancias con otros sectores de la familia. Gracias a la música, los personajes encuentran la liberación y su verdadero camino, abriéndose paso hacia el futuro y cortando con el pasado.