Dentro del panorama de la comedia contemporánea, el realizador y productor Judd Apatow es un personaje central. Es cierto que en la Argentina el panorama del cine cómico estadounidense (de una enorme riqueza y creatividad) nos llega cercenado o morigerado por las pésimas políticas de distribución y exhibición. De todos modos, Apatow ha logrado estrenar aquí dos de sus films más conocidos: Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada. Lo que lo hace diferente de otros humoristas es cómo encuentra el costado cómico, disparatado, en las conductas más cotidianas y triviales sin llegar (demasiado) a la caricatura desembozada. Hay además un gran cariño por los personajes, mucho más que herramientas para producir risa. Sin embargo, en esta “especie de secuela de Ligeramente...”, donde a aquel film se lo referencia en los diálogos, parece haber perdido algo del filo. Los gags son triviales, el ritmo se distiende en demasiadas ocasiones y, en algún punto, nos preguntamos hacia dónde se dirige la historia. Por cierto, el hecho de que el film está en manos de comediantes supremos (Paul Rudd, Jason Siegel o la gran Leslie Mann, por empezar) hace que mucha de la munición cómica llegue a destino y compartamos, con simpatía, las aventuras o desventuras de los personajes. Lo que falta es la densidad emocional de la gran -no estrenada, claro- Hazme reír o el filo cariñoso de Virgen a los 40. Igual, hay que seguir a Apatow, sin dudas.