La Pasión del León
Con más de 70 años, debuta en la realizacion de un largo, el rosarino Nestor Zapata, emblema de la historia política y el teatro en su procedencia, tomando precisamente uno de sus éxitos, con diferentes puestas a cuesta y distintos actores a través de los años.
Mas que todo se trata de un vigoroso homenaje a los teatreros y a aquellos elencos que a veces sufrian las inclemencias del tiempo o eran tapados por polvo de caminos perdidos en los interiores de provincia.
Es evidente la pasión puesta por Zapata en este proyecto soñado -y mucho- por él. Pero lo que a veces brilla en las tablas y a pocos metros de nosotros espectadores, a veces suele distanciarnos en el cine. Es otro lenguaje sin dudas, y eso se nota, sin ser aún lo que se denomina "Teatro filmado".
Tomando una historia de vigor romántico y espadachines muy de los años 50, y que proliferaban en las radios argentinas, a la par va corriendo otra historia que vincula al protagonista (un equilibrado y significativo Raúl Calandra) con su ideal político, y su enfrentamiento con los censores impuestos a partir del Golpe militar de 1955.
Sin dudas la pelicula muestra en esencia lo que era el genero teatral al cual se tributa, con sentido absolutamente querible, y se sabe que el director no ha querido hacer una propuesta marketinera, sino dejar un testimonio de su obra.
En lo actoral Griselda De Lorenzi, la debutante Maru De Rosa y la mítica actriz rosarina: Sara Lindberg cumplen sus roles con acierto. El arte y la fotografía son correctos, en tanto la música a veces es inadecuada.
Y lo errado -y llamativo-: hay una escena rodada en Centre Català, donde los extras mientras bailan tango, observan y en su mayoria buscan la camara aérea.