Bienvenido León de Francia es otro de los estrenos argentinos de la semana, con dirección de Nestor Zapata.
Otoño del 55. Un grupo de actores organizan su próximo radioteatro.
La radio, las giras pueblo por pueblo, los personajes y aventuras de una emblemática ficción de esos años y a la vez, sus propias pasiones, esas que día a día les depara el destino. Transmiten en vivo el folletín por capítulos y salen a representar en algún pueblo. Destartalado colectivo, caminos de tierra y barro cuando llovía, arrastran su cansancio y finalmente llegan. Se abre el telón y el milagro! Allí están ellos, que hasta ese momento habían sido sólo una voz, espléndidos, arrancando aplausos, risas y lágrimas. Una y otra vez. Incansables.
Hombres y mujeres que les tocó ser protagonistas del tiempo de un País, que en esos años fue obligado a perder para siempre su inocencia.
Recibieron en carne propia la profunda herida que inició el adiós del Radioteatro. Representaron el final feliz de su novela y el final trágico de sus propias vidas.
Bienvenido León de Francia cuenta dos historias paralelas de un mismo grupo. Ambas comienzan con el bombardeo a la población civil en Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, la posterior caída de Perón y los fusilamientos a civiles en León Suárez el 10 de junio de 1956.
El contexto engloba algunas características del film, pero no hacen hincapié en ningún aspecto social o cultural de los personajes. Lo que mejor construye el relato es el concepto del radio teatro.
Si el cine mudo era el arte de expresar una emoción sin sonidos, el radio teatro era lo opuesto; expresar el sonido sin la imagen visual de sus interpretes. Aunque ambos registros tenían en común la grandilocuencia. En el caso de este último, la posibilidad de la voz de llegar a miles de personas que se quedaban horas pegados a la radio, mientras construían estos mundos de la mente.
El film recalca estas características en la radio y en su versión en vivo, y hace una correcta adaptación de la técnica; el problema reside en la vida personal de estos actores, donde por momentos se mantiene esta teatralidad y no se logra el choque entre estos dos mundos.
No presenta el pasado de este personaje justiciero y peronista, objeto de deseo para varias mujeres, jóvenes y grandes, pero que en la vida real era un aprovechador. Y es este último aspecto, el que más queremos conocer del film.