Bigli

Crítica de Santiago García - Leer Cine

El mayor encanto de Bigli está en su protagonista. Luis Luque interpreta a un hombre sumergido en el alcohol, endeudado, que vive en un barco y desea dejar todo el mundo atrás. La película empieza con él y un amigo tomando y brindando por todos los músicos de rock nacional muertos. Es una escena auténtica donde todo funciona. Su amigo lo interpreta, justamente, un músico, Miguel Zavaleta. Una presentación de personaje brillante, llena de ideas, información y con un Luis Luque completamente en rol.

El imposible héroe de la película encontrará un inesperado desafío: su sobrina recurre a él por encima de cualquier otra persona en el mundo y lo ubica en un lugar que él no planifica pero igualmente asume. En un tono inusual y con un protagonista único, la película tiene grandes momentos y también algunos menos logrados, pero en general es una apuesta más inteligente y original que el promedio del cine argentino.