El interesante narrador de historias, ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑARRITU comanda esta verdadera muestra de pericia técnica, una historia filmada a base de planos secuencias imponentes, con un elenco notable, que homenajea a la escencia actoral, y en donde se destaca MICHAEL KEATON en el papel de su vida, una auto parodia que jamás teme al ridículo. Un intérprete batallando contra sí mismo, un ejercicio sobre el precio de la fama y el amor al teatro. El buceo en el interior del ego del artista, desarrollado con tan buen gusto como contundencia. Claro que todo el reparto está a la altura, en especial EDWARD NORTON megalómano, excéntrico, quien nos devuelve su explosiva personalidad, perdida en los últimos años. Sin ser original en su trama, su belleza visual, y el hipnotismo de los intérpretes la convierte en una cinta seminal,un clásico instantáneo.