Biutiful

Crítica de Julieta Aiello - Indie Hoy

El retrato descarnado de un hombre

Iñárritu es uno de esos directores que cuando voy a ver alguna película de él sé que voy a sufrir. Pero la parte linda de esto es que sé que voy a sufrir pero con una extraña alegría por detrás. El director en cuestión se dedica en sus films a retratar, básicamente vidas, nada más complejo que la vida de un individuo. Y siempre suele presentar a sus personajes en situaciones límites, en relación con la muerte sobre todo, y no de la manera más optimista, todo lo contrario: enfrentarse a un film de Iñárritu es enfrentarse con muchas realidades que uno no siempre desea ver. Y ya nos tiene acostumbrados a estas historias entrecruzadas, algo muy distintivo del director. Su último film, nominado en los Premios de la Academia en la categoría de Mejor película de habla extranjera y por Mejor actor principal, es una patada al corazón y… sólo nos cuenta una historia, la película se centra enteramente en la vida de un hombre. Biutiful (Alejandro González Iñárritu, 2010) es el retrato descarnado de un hombre, con todas sus implicancias.

Javier Bardem le da vida a Uxbal, un hombre de clase baja, padre de dos hijos, Ana y Mateo, que se entera que le queda muy poco tiempo de vida. En un entorno hostil lucha por criar a sus hijos, por restablecer la relación con su esposa (Maricel Álvarez), por sobrevivir.

Después de ver el film, no sólo me sentí muy triste y hasta incluso con esa sensación de que la vida no vale nada, sino que también me quedé pensando en la diferencia entre vivir y sobrevivir. En el diccionario, vivir significa tener vida y sobrevivir aparece como: seguir vivo a pesar de las dificultades. Creo, que en el film esto se representa muy patente: Uxbal parece haber sido despojado de toda vida, sólo le queda sobrevivir. El hombre protagonista de esta historia se muestra sobreviviendo, en una situación en la que parece que todo posible placer o disfrute ha desaparecido, cada paso de su día es llegar a terminarlo para poder asegurarse que al día siguiente estará levantado. Y así hasta llegar a la muerte. Hasta el último aliento veremos a Uxbal en intentos de sobrevivir.

Nos encontramos ante una historia simple con hechos complejos. Lo más bajo y sufriente, el contrabando y la inmigración en Barcelona es el escenario de Biutiful. La realidad se nos presenta cruda, sin preámbulos ni escrúpulos; como balde de agua fría presenciamos durante dos horas y veinte minutos un fragmento de una vida sufriente. El director ha elegido, esta vez (como en otros casos) mostrarnos la parte más cruda del ser humano, nos permite ingresar en las tinieblas de un hombre atormentado por su propia vida; no sólo eso sino que el espectador presencia la degradación progresiva del personaje, asiste a sus altibajos, a sus caídas y se adentra en ese laberinto tenebroso de sobrevivir. Todo esto sostenido por una atmósfera muy acertadamente creada: el film está revestido de un color grisáceo permanente, los ambientes son en su mayoría oscuros acompañados de una música acorde.

Biutiful Poster Biutiful: El retrato descarnado de un hombre cine

Y hablando un poco del no inocente título del film, es llamativo, cómo Ana pregunta a su padre cómo se escribe “Biutiful”. La palabra inglesa, que significa “hermoso”, dentro de este ambiente marcadamente hostil, es la referencia a un término que desentona tanto con la realidad circundante; logrando así un contraste profundo y sumamente apabullante. Esto evidencia, por supuesto la intención de escribir de forma incorrecta la palabra. Es que todo resto de belleza ha desaparecido, la hermosa y pintoresca Barcelona que vemos en folletos o en películas, en este film se asemeja a una pocilga, a un infierno sin salida, un retrato de miserias, donde todo lo que queda es sobrevivir.

Finalmente, puedo decir que la nueva película de Iñárritu se me presentó como una obra profunda, cruda pero sumamente real, con la brillante actuación de Javier Bardem, en un personaje introspectivo y trabajado al máximo (lo cual le valió salir triunfador en las premiaciones del Festival de Cannes 2010 como mejor actor). Uno llega a extrañar las historias cruzadas tan propias de este realizador, pero la historia de Uxbal, es realmente un deleite y a la vez un duro enfrentamiento con lo más bajo de nuestro ser.