Biutiful

Crítica de Pablo Planovsky - Cines Argentinos

A Alejandro González Iñárritu le gusta lo extremo. No se anda con muchas vueltas. Si uno no tiene problemas con eso, entonces supongo que Biutiful le va a gustar. Yo disfruté de 21 gramos pero no de Amores Perros ni de Babel. Babel era como el súmmum (hasta entonces) del cine de Iñárritu: relato no-lineal, historias interconectadas, personajes sufridos. Ahora vuelve a mostrar todas las miserias humanas, pero en un relato lineal y sin demasiados truquitos de montaje (aunque sí hay otros igual de efectistas, podríamos decir).
En Biutiful Javier Bardem es Uxbal, un hombre que trabaja vendiendo productos truchos en España. Eso es lo más benévolo que podríamos decir de su profesión: esos productos están hechos por inmigrantes asiáticos y africanos. Él es el encargado de cuidarlos. Su ex esposa es bipolar, tiene que mantener a sus dos hijos, tiene conexiones con los muertos, y la presencia de la muerte lo acecha. Orina sangre, su piel empalidece cada vez más, y se vuelve débil. Los actos de bondad que quiere hacer salen mal, con consecuencias caóticas. En sus últimos momentos, busca la redención. No es un personaje malo. Lo que hace está mal. Claro que eso no lo justifica, pero por lo menos no lo hace totalmente detestable. Bardem es un actor enorme y logra darle a su personaje una humanidad inmensa. Las decisiones que toma tienen una carga moral y él lo sabe. Es un pobre tipo que va en caída libre, en un mundo cada vez más oscuro.
Iñárritu logra imágenes muy poéticas. Me acuerdo la imagen de los pájaros en el cielo en 21 gramos. Aquí también hay una secuencia similar. El director de fotografía es Rodrigo Prieto que además trabajó en la fotografía de Secreto en la montaña y Los abrazos rotos, de Almodóvar. Juntos logran captar la suciedad y la miseria de Barcelona. Nada que ver con la misma ciudad fotografiada “como paseo turístico” de Woody Allen en Vicky Cristina Barcelona. Sabe captar la belleza de cada lugar, por minimalista que sea (miren sino los primeros minutos con la lechuza en medio de la nieve). Y también recrear un ambiente hostil, de opresión, de melancolía.
Ahora bien, el problema con esta película es el mismo que con las anteriores. Al director le gusta mostrar lo peor del ser humano. Pero la manera en que lo hace convierte a la película, por momentos, en una explotación de la miseria. Hay una secuencia donde se lo ve a Uxbal en pañales. El mundo que crea Iñárritu no tiene matices: todo es negro, oscuro. Se ensaña con eso, y se nota.
En el 2009 se estrenaba Preciosa (la película nominada al Oscar, de Lee Daniels) que más o menos iba por el mismo camino. Los protagonistas sufren todo tipo de calamidades. Están enfermos y quieren hacer el bien pero no pueden. Es más: en esa el título también estaba mal escrito (en la película, aclaro) como si lo hubiese escrito la protagonista ignorante. Acá también, salvo que el mismo título está intencionalmente mal escrito (de nuevo: como si Uxbal lo hubiese escrito). Pero mientras que la película norteamericana estaba más aggiornada, esta directamente se mete en la suciedad. Hay una línea que separa la denuncia social, la crítica bien fundamentada (miren Lazos de sangre) de la explotación de la miseria. Ahí es donde Iñárritu falla: se puede argumentar, con razón, que lo que filma es, directamente, mórbido y canallesco.

Pablo Planovsky, crítico invitado. Realizador de Con un ojo dorado.

Trivialidades (o el Dato Loco :P)

- Biutiful está nominada al Oscar Mejor Película Extranjera representando a México. Pero hay una fuerte presencia argentina: Nicolás Giacobone y Armando Bo (sí: el nieto de) que ayudaron al director con la escritura del guión. La actriz protagónica, la mujer de Uxbal, Maramba (Marciel Álvarez), también es argentina. Eso sin contar que el compositor es el ganador del Oscar Gustavo Santaolalla. Iñárritu ha tenido varias nominaciones al Oscar pero nunca ganó. ¿Estará festejando esta vez? ¿Los medios hablarán de la importante participación argentina en la película? Veremos.