DC comics vuelve a la carga en un nuevo intento por revivir su franquicia cinematográfica y darle batalla al gigantesco universo creado por Marvel que, entre tanta producción sin descanso, se encuentra atravesando una notoria pérdida de calidad. Quien se pone al hombro la cinta es Dwayne «The Rock» Johnson. El carismático luchador profesional, devenido en actor, realiza su ingreso al mundo de los superhéroes con un renegado y monumental Black Adam. Su enorme físico, la presencia que impone y el timing para el humor – sutil en esta oportunidad – lo vuelven la mejor elección para el personaje.
Casi 5.000 años después de haber sido dotado de los poderes omnipotentes de los antiguos dioses y encarcelado con la misma rapidez, Black Adam es liberado de su tumba terrenal, listo para desatar su forma única de justicia en el mundo moderno. Esa sinopsis nos adelanta varios puntos importantes que se desarrollan en el film. En primer lugar, Adam padece lo que sufren todos los villanos: convertirse en un antihéroe. En segundo lugar, uno de los pilares de la cinta es la adaptación de una personalidad tosca y agresiva de antaño a los modismos de los héroes actuales. De ahí se desprende tanto momentos cómicos como emotivos. Algo similar a lo sucedido con el personaje interpretado por Will Smith en la criticada «Hancock» (2008). Por último, estamos en presencia de unos de los personajes más poderosos – presentados hasta la fecha – del universo de DC.
Analicemos rápidamente los puntos más importantes de la película. Se trata de una pochoclera con todas las letras que entretiene de principio a fin. Comienza y termina regalando buenas escenas de acción, llenas de épica y grandilocuencia. Se pueden percibir las ganas que Johnson le puso al personaje y toda la obra en sí. Fue quien mayor trabajo de marketing publicitario realizó y se lo nota muy comprometido con la causa. También debemos mencionar la fabulosa elección de héroes y actores que lo acompañan: tanto Aldis Hodge como Hawk-Man y Pierce Brosnan como Dr. Fate le aportan la solidez y elegancia necesaria. En segunda instancia, Noah Centineo como Atom Smasher y Quintessa Windell como Cyclone se sienten bastante desaprovechados a nivel dramático. Aportan algo interesante en muy breves oportunidades. Tal vez solo se plantó la semilla para futuros proyectos en solitario de cada uno.
En línea con esta idea de proyectos futuros, la producción se propone como un nuevo punto de partida. La presentación del nuevo anti héroe de DC abre puertas a muchas subtramas y crossovers. No debemos pasar por alto que toma muchos elementos de cintas anteriores para dejar en claro que todo está conectado de alguna manera. Pequeños detalles como la aparición de Viola Davis o Djimon Hounsou en sus clásicos personajes, llenan de esperanzas a los fans más expectantes. Sin ir más lejos, la única escena post créditos del metraje va a dar mucho de qué hablar. Solo podemos recomendar que no se vayan de la sala hasta poder verla.
Para desgracia de DC, no todo es elogios y buenos augurios. Uno de sus principales defectos es su falta de originalidad. En el afán de reproducir todo lo esperado, el largometraje termina siendo predecible y falto de frescura. La ausencia de toma de riesgos por parte de Jaume Collet-Serra, su director, termina perjudicando el resultado. El experimentado realizador de películas de acción no intenta renovar al género. Se limitó a construir una cinta que rinda en taquilla y no sea considerada un fracaso como anteriores producciones de la compañía.
Otro punto cuestionable es su trabajo visual. Si bien sus intenciones son buenas, el CGI se siente muy poco trabajado. Hay cromas demasiado notorios o reconstrucciones de personajes que recuerdan aquellas batallas inverosímiles que se daban en Matrix. De todas maneras, es un problema generalizado de este tipo de cine. Tal vez el objetivo ya no está puesto en ser realistas, sino en asemejarse a un videojuego. Sea como sea, es un debate para otro artículo.
En conclusión, «Black Adam» es una cinta de origen que cumple con lo necesario pero que no apuesta a más. Tal vez, su logro más importante sea la incorporación del querido Dwayne a la plantilla de superhéroes y el voto de fe a futuras historias de su universo cinematográfico.