No alcanza ni con La Roca más dura.
Finalmente Dwayne Johnson, más conocido por su apodo artístico La Roca, logró ser un superhéroe de cómic y vaya que tiene presencia y sobrada actitud para semejante hazaña. En la nueva película del director catalán Jaume Collet-Serra ( también responsable de La casa de cera, La huérfana, Non stop: sin escalas y Miedo profundo, entre otros logrados films), Johnson interpreta a Black Adams, un antihéroe que emerge directamente del universo de DC. Lo acompañarán en su aventura otros pares, pertenecientes La Sociedad de Justicia de América: el Hombre Halcón (Aldin Hodge), Átomo (Noah Centineo), Doctor Fate (Pierce Brosnan) y Cyclone (Quintessa Swindell).
La acción comienza en el año 2600 A.C. en la ciudad de Kahndaq, donde Black Adam, en plan malvado, es consagrado rey en su reino. Los siglos pasan, los poderes también y en la actualidad este tirano, sin demasiadas explicaciones en realidad, por recomendación de la SJA, se pasa al bando de los buenos con la misión de defender a su pueblo que se ve dominado por crueles mercenarios. La aparición de una rígida jefa, Amanda Waller (Viola Davis), pondrá a Black en jaque. Es un líder natural e innato que no está acostumbrado a recibir ordenes. Pero tendrá que entender que ahora todo es diferente y la amistad que entablará con un jovencito, Amon (Bodhi Sabongui), hasta le dará un poco de sana humanidad.
A lo largo de los 125 minutos de película la trama nos ofrece una lógica muy básica para este tipo de productos: diálogos entre tontos y ridículos, historias estereotipadas y un ritmo que parece no comenzar nunca. Visualmente el relato gana unos cuantos puntos más: espectaculares y abrumadoras secuencias de acción, luchas sobrehumanas y un escenario por momentos salvaje y brutal que remite al subgénero Spaghetti Western. También hay un fuerte espíritu de cine aventurero y hasta arqueológico. Cualquier parecido con el personaje de Indiana Jones, ¿será una mera coincidencia?
Seamos sinceros, uno al entrar al cine para mirar una película de este estilo más o menos ya sabe con lo que se va a encontrar y esta Black Adam no es la excepción. En este caso la principal premisa es el lucimiento de la estrella y ex-luchador profesional de WWE, La Roca, una figura hollywoodense muy de este siglo, carismático y que sorprendentemente cumplió ya 50 años de edad. Inteligente, en el transcurso de su carrera cinematográfica no solamente supo usufructuar su contundencia física, sino también un simpático sentido del humor en la mayoría de los casos y con resultados muy satisfactorios.
En resumidas cuentas, Black Adam podría haber sido un producto un poco más atractivo y con potencial para desarrollar a futuro. Su director, Jaume Collet-Serra, es un realizador que ha ofrecido otras películas mucho mejor pensadas. Black Adam parece simplemente unos de esos trabajos por encargo y no tiene nada de su impronta, ni estilo. El camino se vuelve reiterativo y monótono. Ni siquiera tener a su disposición a La Roca, un actor rico en músculos y matices, o a un desaprovechado Pierce Brosnan (recordado James Bond de los ‘90s), le alcanzó para llegar a buen puerto. Black Adam es un superhéroe con un poco de actitud anárquica, avasallante, y no mucho más.