Mi reino por unas piernas. La historia de Ariel, una inquieta, bella y joven sirena que, cansada de su monótona vida en el mar, emerge del mismo para investigar la vida de los humanos en tierra firme, es la esencia principal del cuento de hadas homónimo escrito por el poeta danés Hans Christian Andersen en 1837. Este relato, todo un clásico de la literatura infantil mundial, fue adaptado en varias oportunidades: por ejemplo, en la película de animación japonesa Anderusen dôwa ningyo-hime (1975); sin embargo la más reconocida es la película animada producida por Disney en 1989, La sirenita, la cual era una versión bastante libre y se tomaba algunas licencias respecto al cuento original, transformándose con el tiempo en un clásico moderno dentro de la productora del ratón Mickey. La sirenita (2023) es una nueva adaptación del cuento de Andersen, en este caso en versión live-action, dirigida por el realizador Rob Marshall (Chicago, Memorias de una geisha, Nine) y protagonizada por Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Javier Bardem, Melissa McCarthy, Simone Ashley y elenco. Nuevamente la historia cuenta con la producción de Walt Disney Pictures. Ariel (Halle Bailey) tiene fuertes deseos de conocer un poco más a los humanos, a quienes desde muy pequeña observa agazapada entre las olas del mar. Su padre, Tritón (Bardem) se lo impide, pero ella rebelde, de todas maneras, llevará a cabo su anhelo. Un día, tras subir a la superficie, mientras se oculta atrás de un barco, conoce a un joven apuesto, el príncipe Eric (Hauer-King), del que se enamora. Dispuesta a vivir su amor con el muchacho, Ariel hará un pacto con Úrsula (McCarthy), una bruja del mar que le propone darle un par de piernas por tres días, para que pueda caminar en tierra firme. A cambio la malvada mujer le pedirá su maravillosa y dulce voz. Su mejor amigo, el cangrejo Sebastián, le advertirá del engaño, pero la sirenita, muy enamorada, no le hará caso. Las consecuencias serán drásticas. ¿Es esta versión de La sirenita, llena de colores vivos, canciones y actores de carne y hueso, una buena película? La respuesta a esta incógnita se podría situar en un punto intermedio. Por un lado, es entretenida y llevadera. Un gran acierto de casting es la elección de Halle Bailey, una actriz y cantante norteamericana muy famosa en sus tierras y que forma con su hermana el dúo musical Chloe x Halle. Cada vez que Halle/ Ariel aparece todo se ilumina, su carisma es demasiado evidente. Pero luego nos encontramos con un gran actor como Javier Bardem, encarnando aquí al rey del mar Tritón, totalmente desaprovechado y con una interpretación que bordea el ridículo. Ni hablar del desmedido uso de los efectos digitales, llegando a momentos de verdadero desconcierto y poco entendimiento, ni hablar en el público infantil al supuestamente esta destinada la película. También la malvada, en la figura de Úrsula y a quien le pone el cuerpo y voz Melissa McCarthy, otra actriz maravillosa, es exagerada en demasía y poco creíble. Las canciones originales creadas para la versión animada de 1989 que fueron coescritas por el letrista Howard Ashman, en esta oportunidad fueron reelaboradas por su socio Alan Menken (ganador de 8 premios Oscar por sus variadas colaboraciones con Walt Disney Studios). Las nuevas canciones están escritas por Lin-Manuel Miranda. En su mayoría son simpáticas, pero no mucho más. Es como que le faltan algo de magia y fantasía. El guion está a cargo de David Magge, a partir de una historia original de John Musker. Mientras la versión de 1989 duraba unos ajustados 89 minutos, esta nueva Sirenita se extiende mucho más llegando a los 135, una duración demasiado larga para la “tolerancia” de los niños que seguro acudirán a verla junto a sus padres o familiares mayores al cine. La sirenita animada de Disney, con su pelo colorado, su corpiño de almejas, cola verde brillante y hermosa voz era el sueño de cualquier niña que se precie. A esta novel y realista sirenita le va a tocar transitar un largo camino, sea por mar o tierra, para lograr el mismo resultado.
El miedo más maternal. No descansarás (2022) es una película perteneciente al género del cine de terror, dirigida y escrita por la realizadora Lori Evans Taylor, y protagonizada por la actriz de origen mexicano Melissa Barrera, junto a Guy Burnett, Edie Inksetter y elenco. Aquí Barrera interpreta a Julie, una joven felizmente casada que anhela poder al fin ser madre. Tras perder un traumático embarazo, poco tiempo después logra nuevamente quedar en “la dulce espera”, pero con la recomendación médica de hacer reposo absoluto hasta el nacimiento del bebé. Con el fin de pasar estás indicaciones lo más tranquila posible, Julie y su marido se mudan a un nuevo hogar, un viejo caserón con un pasado bastante peculiar: sus anteriores dueños, una familia tipo, apareció muerta en extrañas circunstancias en el lugar. Para Julie, la futura mamá en cuestión, este hecho misterioso y macabro le resulta un mal presagio pero su marido Daniel (Guy Burnett) atribuye estos miedos a un estado emocional inestable o débil a causa de su embarazo. Y justamente por ahí ahondará la trama: ¿Julie, una mujer joven que sueña con ser madre y que lleva consigo un gran trauma a cuestas (la pérdida de su primer hijo) imagina todos los terrores que la acompañarán diariamente en su habitación? ¿O alguna entidad sobrenatural es la verdadera causante de todos estos siniestros eventos que le tocará atravesar en compañía de su esposo? De la mano de la directora y guionista del film, Lori Evans Taylor, y de la protagonista Melissa Barrera, quien ganó mucho reconocimiento gracias a su participación en Scream 5 y Scream 6 (ambas dirigidas por la dupla integrada por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett), iremos develando estás intrigas a lo largo del metraje. No descansarás es una película que se apoya principalmente en la certera utilización del recurso visual de los jump scares (sustos repentinos) y cuya intención es asustar al espectador por medio de un cambio visual súbito en la escena actual, generalmente acompañada de un sonido espeluznante. Sin solución de continuidad irán surgiendo estos golpes de efecto, los cuales seguramente causarán un poco de impacto en la audiencia, pero en conjunto y tras aplicarlos de forma tan reiterada el recurso de a ratos termina cansando. Entonces, la que es considerada “la herramienta más básica para construir películas de terror” se vuelve en la trama un elemento mediocre, debido a su uso desmedido y hasta poco lógico. No descansarás es una producción de género independiente y que fue llevada a cabo gracias al empuje de la actriz latina Melissa Barrera. Ella se involucró tanto que acabó oficiando de productora y eso se aprecia en el espíritu del film con una marcada mirada femenina acerca de la maternidad, el matrimonio y la salud mental. Los temores que atraviesan a Julie quizás sean los mismos que pueden sufrir otras futuras madres: ese miedo a lo que vendrá, al parto y sus dolores, entre otros. Si a esta compleja cuestión le agregamos la claustrofobia del encierro, la culpa y la negación por la pérdida de un ser amado, es una posibilidad que una mujer/madre pueda perder la cordura. Y mucho más si la acompañan fantasmas en su devenir diario. El miedo más maternal toca a la puerta.
Llena tu tanque de adrenalina. La icónica saga Rápido y Furioso ya cumplió 22 años de vida cinematográfica, y lo que comenzó como un básico largometraje hollywoodense (Rápido y Furioso, Rob Cohen, 2001) que nos contaba una historia simple acerca de un joven policía que se infiltraba en una banda de mecánicos de autos, que tras su carismática fachada como participantes en ilegales carreras de autos callejeras, en realidad delinquían robando enormes camiones y sus cargas; con el correr del tiempo fue mutando en continuaciones mucho más enfocadas en el cine de acción más puro y con la incorporación de grandes estrellas del género. Este policía agazapado se llamaba Brian O’Conner, interpretado por Paul Walker, y su antagonista, un expresidiario y jefe de la banda en cuestión era Dominic Toretto, personificado por Vin Diesel. Rápidamente este primer film ganó fama y éxito, y a partir de allí comenzaron las lógicas secuelas que lograron un descomunal reconocimiento a nivel mundial, transformándola en una de las franquicias de entretenimiento más redituable (Blockbuster) e importante en lo que va de este siglo, siempre con el liderazgo en escena de Walker y Diesel, que a estas alturas ya ejercían como socios de correrías. Lamentablemente el 30 de noviembre de 2013, mientras se rodaba la séptima parte, Rápidos y furiosos 7 (James Wan), Paul Walker, que tenía solo 40 años, sufre un mortal accidente automovilístico. Vin Diesel, su coequiper y gran amigo, queda obviamente devastado. El camino de la saga parecía oscuro e incierto, pero luego Diesel lo piensa mejor y decide continuar como homenaje a Walker, que siempre vivirá en el espíritu de la historia. Esta seguiría con un imaginario delictivo cada vez más imposible e irreal, escenas espectaculares, participación de estrellas como Charlize Theron, Jason Statham, Dwayne Johnson/La Roca y diversos dilemas personales y familiares en la vida de Toretto y otros personajes. Y con esta acotada introducción llegamos hasta Rápidos y furiosos X (2023), dirigida por el realizador francés Louis Leterrier (El transportador 2; Danny the dog y Hulk, el hombre increíble) y protagonizada por Vin Diesel, Jason Momoa, Michelle Rodriguez, Jason Statham y un gran elenco. Su trama refiere lógicamente a un ya cansino Toretto (Diesel), que sigue rodando por el mundo con su banda y familia. Roma y Río de Janeiro serán algunos de los destinos impuestos. Pero en el camino aparecerá un villano vengativo, prepotente y arrogante, Dante (Momoa, excelente en su labor y lo mejor de la película), que solo desea ver muerto a Toretto y sus seres queridos por su responsabilidad en la muerte de su padre. Esta nueva película no ofrece mucha variedad acerca de lo ya visto en otras secuelas: persecuciones veloces con autos cargados de nitrógeno, peleas cuerpo a cuerpo, variadas locaciones, mujeres bellas y con poca ropa, hombres musculosos y carismáticos. Rápido y furioso, como la saga que es, ya hace rato se hizo cargo de su mensaje autorreferencial y metadiscursivo, algo muy común en el cine de los 2000. Nunca cambia su rumbo, la de entretener, divertir y hasta sacar una sonrisa, entre tanta espectacularidad y magnos efectos especiales. El fandom (o sea los fanáticos y amantes de los autos) agradecidos y sabiendo lo que van a encontrar, seguro acudirán a las salas de cine en masa. El público restante o los que no son habitués a este tipo de producto cinematográfico, quizás quieran pensarlo un poco más.
Un policial bien porteño. Adaptación de la novela gráfica homónima de Juan Sáenz Valiente, La sudestada (2023) es una película de intriga argentina, dirigida por los realizadores Daniel Casabe y Edgardo Dieleke. Está protagonizada por Katja Alemann, Juan Carrasco, Edgardo Castro, Ana Garibaldi y elenco. El principal escenario de La sudestada serán las aguas y alrededores del Delta del Río de la Plata, un ambiente ideal para el misterio y la sensualidad. Su trama se centra en el devenir diario de Jorge “El sabueso” Villafañez (Juan Carrasco), quien se gana la vida como detective privado para particulares. Hombre de pocas palabras y solitario por elección, es contratado por un esposo desconfiado y posesivo, Ricardo (Edgardo Castro) para seguir a su mujer, que justamente le está pidiendo el divorcio. Ella, interpretada por la actriz, cantante y escritora argentina Katja Alemann, es Elvira, una ex bailarina madura que seduce a cada paso que da y quizás viéndola en su proceder se justifique un poco los lógicos celos de su marido. Sumado a esto, el hombre se ve desesperado cuando su mujer se ausenta del hogar por demasiados días y sin ningún tipo de explicación. De a poco se irá descubriendo parte del misterio: Elvira se ha comprado una casa en el Delta del Tigre para practicar tranquilamente un tipo de danza experimental. Hasta allí le seguirá la pista Jorge “El sabueso”, observándola entre las penumbras del lugar. Irremediablemente, también se sentirá atraído por esta mujer que parece no perdió su belleza y gracia con el correr del tiempo. Todo se volverá mucho más complejo cuando Elvira y Jorge se conozcan en persona y comiencen una extraña relación. En primera instancia, La sudestada posee todos los componentes de un Noir (policial negro). Están el detective privado machista y astuto en la figura de “El sabueso”; la femme fatal en la piel de Elvira; el esposo inseguro, Ricardo, y el escenario misterioso y oculto, en esta oportunidad el Delta del Río de La Plata. Pero también conviven muy acertadamente en el film una especie de costumbrismo muy porteño, junto con el romance y el humor. La sudestada comienza con un inteligente travelling, que mostrará de forma detallada la habitación del protagonista y luego se posará en las luces y sombras de la ciudad porteña. Pronto iremos comprendiendo a “El sabueso”, un antihéroe argentino que no reniega jamás de su sobrepeso, pero sí de sus fracasos personales y profesionales. El hombre es un típico personaje de cómic y obvio tiene sus características propias. El actor Juan Carrasco hace un gran y solvente trabajo interpretándolo. La sex-symbol que brilló en cine, teatro y televisión en la década de los años 80’s, Katja Alemann, también logra una magnífica actuación y ocupa el lugar de mujer fatal y deseosa a sus más que dignos 65 años. Los directores Daniel Casabe y Edgardo Dieleke logran con su tercer largometraje juntos, después de los documentales Crack de nácar (2013) y La forma exacta de las islas (2014), una película muy lograda y entretenida. Se apreciarán momentos experimentales, otros de disciplina visual y también hasta toques oníricos. Humor bizarro y una puesta en escena muy bien pensada y plasmada en pantalla. Seguramente, en su nobleza La sudestada los sorprenderá gratamente.
En los potreros se forjan los hombres. Barbarie: actitud de la persona o grupo que actúan fuera de las normas, en especial de carácter ético, y son salvajes, crueles o faltos de compasión, hacía la vida o dignidad de los demás. Si leemos esta compleja palabra y comprendemos luego su significado, vamos a poder correctamente (o por lo menos hacer el intento) introducirnos al universo que nos propone el realizador Andrew Sala en su segundo largometraje La barbarie (2023), una muy interesante coproducción franco-argentina. Protagonizada por el joven actor Ignacio Quesada y Marcelo Subiotto, la historia trata acerca de Nacho (Quesada), un chico porteño “bien”, quien tras un misterioso altercado con su madre decide ir a visitar a su padre Marcos (Subiotto) en su casa de campo. Allí se encontrará con un ambiente bastante hostil y que lo recibirá de la manera menos empática. Nacho se siente un extraño, alguien que no es bienvenido y para colmo la relación con su progenitor es distante y hace rato que no es buena. El campo y también quiénes lo habitan en esta ficción se aprecian brutales, violentos. Este particular paraje, tan alejado geográficamente de la civilización, no será un lugar ideal para débiles y Nacho chocará de frente a un nuevo mundo salvaje, misógino y dónde todo el tiempo se cuestiona la orientación sexual. Nada será fácil para este adolescente que va en camino a volverse un hombre, con toda la complejidad que esto conlleva. La iconografía de La barbarie se acerca a la de un western rural. Para quienes no lo sepan el western es uno de géneros cinematográficos más clásicos y prolíficos. Vivió su época de esplendor en los años 40’ y con el correr del tiempo fue mutando a circunstancias actuales. Pero sus códigos siguen siendo los mismos: la utilización de elementos narrativos y visuales para contar relatos ubicados en escenarios desolados, rodeados de ranchos y caballos. A esta película la podemos ubicar dentro de las características de un western contemporáneo. La inmensidad de un hábitat campestre, que no parece tener final y donde los hombres son machos curtidos. Donde los duelos, en vez de ser a punta de pistolas, serán con rebenques y cuchillos con mangos de cuero en mano, para demostrar quien posee más valor y hombría. Nada más alejado de la cotidianidad de Nacho, joven capitalino de clase media alta, acostumbrado a las luces y ruidos de la gran Ciudad. El director de origen norteamericano y también realizador de la agreste Pantanal (2014), donde otro personaje, en ese caso un hombre que se escapaba de sus poblemas cotidianos a un alejado paraje: la llanura aluvial llamada El Pantanal, uno de los ecosistemas con mayor riqueza del mundo; se sumerge en La barbarie en un relato donde el poder patriarcal en manos de un severo terrateniente y dueño de las tierras, más exactamente en el papel de Marcos, se enfrentará irremediable a su hijo Ignacio para imponer su ley marcial y única. Barbarie frente a Civilización. Parte del elenco está integrado por Tamara Rocca, interpretando a Rocío, una joven madre soltera e interés amoroso de Nacho; y Lautaro Souto, como Luis, un rústico peón del campo, hermano mayor de Rocío y que demuestra un notorio desdén por Nacho. El resto de los intérpretes está compuesto tanto por actores profesionales mezclados con amateurs, que logran en conjunto darle un realismo contundente a ciertos tramos del relato. En otros momentos se presiente una violencia latente en el ambiente que como una bomba de relojería en cualquier momento estalla. En La barbarie solo parece funcionar la ley del más fuerte, del caballero de índole feudal. Pero un giro final, que por obvias razones no develaré, quizás cambie el cauce de las cosas. O no. En los magníficos paisajes que se apreciarán a lo largo del justo metraje (93 minutos) Nacho vivirá su viaje de iniciación a la adultez. En el maravilloso libro «Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas» (1845) escrito notablemente por el prócer Domingo Faustino Sarmiento, este reflexionaba sobre un certero concepto: la civilización se asocia con la ciudad y su habitante, mientras la barbarie, por el contrario, con el campo, lo rural y el gaucho. En la película que hoy reseño, se cumplen estos estatutos y mucho más también.
Cuando el ego es lo más importante. Etienne, interpretado por el franco-argelino Kad Merad, es un actor de teatro no muy conocido y cuya carrera artística nunca logró grandes triunfos ni reconocimientos. No obstante, es un hombre egocéntrico y con una herida que no termina de cerrar respecto a su trunco camino como intérprete teatral. Su desempeño como profesor en una cárcel local es notable y el grupo de presidiarios a los que guía se encuentran muy conforme con su labor. Sus clases son un respiro de libertad e individualidad en las vidas de estos hombres, justamente privados de la misma. Ambicioso, Etienne emprende con el pintoresco grupo de presos la representación de la obra teatral “Esperando a Godot” de Samuel Beckett, una reconocida tragicomedia dividida en dos actos y donde el absurdo ocupa un lugar central. La fraternal relación de Etienne con los presidiarios y la preparación de la obra, con sus diferentes complejidades, serán el corazón en la trama de El triunfo (2020). Todo en un tono de comedia costumbrista muy a la francesa. En El triunfo su director, Emmanuel Courcol, elije retratar una puesta realista y llena de cotidianidad. Es imposible no sentir verdadera empatía con este grupo de hombres que están presos por variadas causas, pero que lejos están de ser peligrosos delincuentes. La vida, las necesidades y malas elecciones los han puesto ahí y hace rato están pidiendo una segunda oportunidad. La llegada a sus rutinarias y controladas existencias de Etienne, un buen hombre con ciertos dilemas personales, será muy importante. El humor aquí es utilizado como un catalizador de la dura realidad que los rodea y esto es una elección muy acertada. La historia que nos propone El triunfo habla de la redención y al mismo tiempo propone una reflexión acerca de la reinserción social del presidiario; es imposible de ocultar: a esto ya lo vimos en otras oportunidades. De todas maneras, la magnífica actuación de Kad Merad, un comediante, humorista y guionista con bastante prestigio en Europa, junto con los actores que lo acompañan, esos presos por demás realistas, más las situaciones cómicas que habitan a lo largo del film, hacen que su visionado sea disfrutable y entretenido. Cuando el relato parece estancarse, algún personaje cautivante logra que la acción tome curso nuevamente. El triunfo es una película coral y de elenco multirracial, donde diferentes vivencias y personalidades confluyen y se integran con un solo fin: llevar a cabo lo más dignamente una nueva y original puesta de una clásica obra de teatro de concepto universal, intentando dejar de lado el gran ego de Etienne, el director del grupo teatral. De paso nos saca una sonrisa en algunos tramos y se les da esperanza a sus castigados intérpretes. Tarea cumplida.
El lado más oscuro de la maternidad. Cría siniestra (2022) es una notable película de terror de origen finlandés, debut en la dirección de la realizadora Hanna Bergholm y protagonizada por la joven actriz de doce años Siiri Solalinna. Su trama refiere sobre el sometimiento psicológico que sufre Tinja (Solalinna), una preadolescente, por parte de su madre (Sophie Heikkilå), una influencer que se desvive para mostrar en sus redes una perfecta vida familiar, que en realidad está muy lejos de serlo. Tinja practica cada día y de forma muy rigurosa una difícil disciplina deportiva, gimnasia artística, pero su frágil cuerpo parece no soportar mucho más tanta presión y entrenamiento. Su madre, una mujer joven y bella de modos que dan verdaderos escalofríos, le inculca ser la mejor en todo momento y sobresalir entre sus compañeras, cueste lo que cueste. Tinja, que está en plena transición de la niñez a la temprana juventud, no soporta más estos requerimientos y se siente ahogada. Ni su padre, un hombre débil que solo acata órdenes de su infiel esposa; ni su hermano pequeño, demasiado envidioso y mañoso, serán sus aliados en su lucha diaria frente a su enfermiza progenitora. Una tarde caminando por los bosques que rodean el idílico hogar, Tinja encontrará un huevo empollado por un ave recientemente muerta. Curiosa, la joven lo llevará a su cuarto, para luego ocultarlo de su familia en su enorme oso de peluche marrón. El huevo irá creciendo sin límites y de él nacerá una particular ave, que comenzará a tener un extraño y violento comportamiento. Cría siniestra es un largometraje de género lleno de amargas alegorías. En ellas se refiere de forma muy directa al lado oscuro de la maternidad, ese que habla del brutal control absoluto sobre la vida de un hijo y también de la mala proyección de los sueños truncos de una progenitora. Esta madre es todo lo que está mal y ganará la empatía del espectador apenas comenzado el metraje. Tinja será una víctima más de su madre con una psiquis dañada y la cría que la acompaña en su maravillosa y perfecta habitación será un reflejo de sus propios deseos. Poder aplacar un vínculo materno-filial cruel y de paso entender otro nuevo con su cría, un siniestro doppelgänger de su triste existencia. Visualmente Cría siniestra muestra un estilo preciosista. La casa donde habita Tinja y su familia es pulcra, limpia, como salida de una revista de decoración. Sus paredes cubiertas de papel floral son signo de belleza y armonía. Pero toda esta apariencia ideal es falsa. Es una puesta en escena que la madre impuso para los de afuera. Dentro todo se desmorona, sufriendo principalmente Tinja de un tortuoso día a día. Es muy acertado por parte de la novel directora, Hanna Bergholm, ubicar muchas secuencias de horror a plena luz de día. Los hermosos paisajes finlandeses, que parecen sacados de las ilustraciones de algún cuento infantil, se volverán encarnecidos escenarios de una macabra realidad. La oscuridad siempre es asociada con lo tenebroso, sin embargo aquí el terror diurno no falla y espanta. Pasada la primera mitad de metraje el clima de la película se irá acercando al subgénero conocido como body horror, aquel dónde los cuerpos, la sangre y las vísceras ocupan un lugar central. La cría irá tomando forma y sus conductas destructivas también. Seremos testigos de lo espeluznantes actos y ya nada será igual. La perfección será destruida. La realizadora Hanna Bergholm es otra dama más que se atreve a filmar aterradores relatos de miedo. La francesa y controvertida Julia Ducournau ya lo logró con sus atrapantes filmes Voraz (2016) y Titane (2021), ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes en su edición 2022. También la australiana Jennifer Kent con su relevante El Babadook (2014), otro relato sobre una relación enfermiza entre madre/hijo. En este nuevo siglo las mujeres, y seguramente en algún momento madres, salen con sus cámaras a la vida para contarnos perversas historias de terror metafóricas, la mayoría con excelentes resultados. Bravo por ellas y su valentía.
Adiós, Marvel, adiós… Guardianes de la Galaxia Vol. 3 (2023) representa la película despedida para el realizador norteamericano James Gunn de la MCU (Marvel Cinematic Universe), que a su vez se encuentra en su Fase 5. Gunn ingresó a la MCU en el 2014 con el primer volumen de Guardianes de la Galaxia, un particular y vistoso ejercicio cinematográfico integrado por carismáticos personajes como Peter Quill/Star-Lord (Chris Pratt), Gamora (Zoe Saldaña), Groot (Vin Diesel), Drax (Dave Bautista) y Rocket (Bradley Cooper). Su director y también guionista supo imprimirle a la historia un muy personal sentido del humor, casi rozando la irreverencia y el absurdo. También incorporó a nivel estético unas vistosas escenas de lucha y acción que lograron que muchos espectadores se sientan fuertemente atraídos por este relato de fantasía, aventuras y amor intergaláctico. Luego del enorme éxito del film a nivel mundial, en 2017 llegaría masivamente a los cines una lógica y un tanto deslucida continuación, Guardianes de la Galaxia Vol. 2, nuevamente a cargo de James Gunn, donde se volvía a repetir el mismo concepto, narrativo y estético, y también el plantel de actores. Todo más o menos normal hasta que unos polémicos dichos en las redes (Twitter más específicamente) cancelan y desvinculan de un plumazo a Gunn de Marvel. Pero como el cine es un producto de fuerte índole económico, los responsables de los derechos de Marvel, hablamos claro está de la Disney, parece que se olvidan de los mensajes provocadores y vuelven a convocar al original director para que realice su última película para la saga, esta Guardianes de la Galaxia Vol. 3 que motivan estas líneas, una magnífica despedida para una historia donde volverá a destacar la amistad, el humor y una de las mejores banda de sonido que se pueda escuchar en una película de superhéroes. En esta tercera oportunidad los guardianes de la galaxia se instalan en Knowhere. Cada personaje trata de lidiar con un conflicto personal, principalmente el de Peter Quill/Star-Lord que se refugia en su espíritu melómano para soportar las penas amorosas. Pero un nuevo evento pondrá en vilo al grupo: tras recibir un brutal y sorpresivo ataque, la vida de Rocket, el mapache de la banda, corre grave peligro y los guardianes tendrán que organizar un rescate para poder evitar su muerte. A lo largo de la extensa trama (150 minutos), iremos conociendo acerca del triste pasado de Rocket; también de lo importante que fue para él encontrar a sus amigos y lograr formar con ellos una hermandad y un hogar donde refugiarse. Será justamente Rocket y su historia de vida y lucha por sobrevivir, ante todo, el motor del relato sobre el que se apoyará el filme. Los flashbacks que remiten a su pasado serán vitales para entender esta conclusión de la trilogía por parte de un realizador tan original como James Gunn. Sin ocultar un tono autorreferencial, tras los confusos eventos transcurridos en su relación con la MCU, algunos personajes también parecen prepararse y decir adiós. La referencia a la nostalgia y a las series de CF de los años 60’, con la fundacional Star Trek a la cabeza, serán demasiados notorios, pero a su vez un gran espectáculo visual. La música siempre ocupó un lugar muy destacado en las películas de Guardianes de la Galaxia y comenzar este Volumen 3 con la versión acústica de un clásico como Creed, de la banda inglesa Radiohead, es toda una declaración de principios. James Gunn es un digno director de cine de género, ese que está pensado desde la industria para entretener al espectador, pero también resulta ser un autor muy inteligente, un visionario mas allá de Marvel, que se empatiza directamente con sus personajes, ofreciéndonos un magnífico espectáculo, de niveles casi épicos. Esta es su despedida, su carta de amor a los Guardianes de la Galaxia.
Detectives eran los de antes. Sombras de un crimen (2022) es la más reciente película del aclamado director de cine y novelista irlandés Neil Jordan (El juego de las lágrimas, Entrevista con el vampiro, El ocaso de un amor). Es un thriller ambientado a fines de la década de los 30’s del siglo pasado, más precisamente en los bajos fondos de la ciudad de Los Ángeles y está protagonizado por Liam Neeson, Diane Kruger, Jessica Lange, Alan Cumming, Danny Huston y elenco. Su trama nos cuenta sobre la compleja vida del detective privado Philip Marlowe (Neeson), quien es contratado por una legendaria estrella de cine (Lange) para poder encontrar a la pareja de su hija, una seductora y manipuladora mujer (Kruger). A raíz de este acontecimiento, Marlowe se meterá sin desearlo en una espiral de mentiras, sexo y conspiraciones secretas. Sombras de un crimen es la adaptación cinematográfica de la novela «The black-eyed blonde: a Philip Marlowe novel», escrita por el autor irlandés John Banville. Su relato se apoya fuertemente en el subgénero literario conocido como policial negro (Noir), aquel que forma parte de la narrativa policíaca y que se adentra en los aspectos más oscuros de la sociedad en la que tiene lugar el crimen a resolver. Por el lado de la puesta en escena y la representación de personajes icónicos del Noir, en la película también se cumple sobradamente con ambos requerimientos: el detective privado conflictuado y de pasado oscuro, aquí Marlowe; la mujer fatal; el uso de las escenas nocturnas, en un ambiente sombrío y lleno de humedad, con el fin de exaltar la psicología de los personajes. En este tipo de historias las fronteras entre buenos y malos se difuminan, siendo el personaje principal (el detective privado de aire taciturno y sobretodo gris) un antihéroe apático. Filmada entre Dublín y Barcelona, aunque reflejando a Los Ángeles en el año 1939, Sombras de un crimen es un Neo-Noir bastante débil. Philip Marlowe, el turbio detective protagonista, es contratado por la heredera Clare Cavendish para encontrar a su examante, un actor de Hollywood conocido como Nico Petersen. Pero ya en los primeros minutos de metraje cualquier espectador que conozca el paño y sus códigos o tópicos se dará cuenta por qué camino irá la trama. No existe ningún factor sorpresa, ni nada relevante, solo el seguimiento de un típico y básico relato policial lo que acontece. Una verdadera pena para una producción dirigida por el director Neil Jordan, creador de un tipo de cine de autor irlandés lleno de conflictos, y que cuenta con un elenco tan solvente. De todas maneras, si hay algo para destacar en esta película, monótona y con poca pretensión, es la presencia de Liam Neeson. Con 70 años el reconocido actor es un muy creíble Philip Marlowe, personaje ideal para el Noir y que ya en el pasado fue interpretado por grandes actores como Humphrey Bogart, James Garner o Elliot Gould. Se nota la entrega de Neeson, que corre como un jovencito en varias escenas, pero que también pone su convicción actoral cuando se requiere. Esta es la segunda colaboración de Liam Neeson y el realizador Neil Jordan, la anterior fue en el drama político El precio de la libertad (Michael Collins, 1966). Esta unión podría haber conseguido resultados más satisfactorios, pero simplemente no se dio. Justamente en un subgénero como el policial negro, donde una de sus premisas más importantes es el misterio y lo que puede llegar a acontecer en las penumbras, en esta Sombras de un crimen pasa todo lo contrario. Todo está a la vista y poco es lo que hay que descubrir o develar. Hay poca sensualidad y demasiados lugares comunes. Ni en sus lugares más claro(oscuro)s se genera interés, solo la de contar una, ya vista tantas veces, previsible historia de detectives.
En un futuro no tan lejano. Control Zeta (2023) es una película argentina perteneciente al género de ciencia ficción. Está escrita y dirigida por el realizador Axel Gaibisso y protagonizada por Guillermo Farisco, Karen Medina, María Abadi y Sofía Elliot. La trama de esta cinta transcurre en un futuro no muy lejano, dónde la tecnología ocupa un lugar muy relevante, principalmente en lo referente a la criminalidad en la sociedad. El uso de celulares inteligentes permite llamar al pasado para evitar todo tipo de delitos y accidentes. La sorpresiva aparición en escena de un sádico asesino serial, quien ha conseguido intervenir en el aparente ideal sistema de seguridad hasta ahora vigente, pondrá tanto a la policía local como a los ciudadanos en peligro. En Control Zeta se muestra un mundo utópico donde el crimen fue erradicado y reina la armonía. La policía cumple con su deber y cuida de la sociedad. De todas maneras, no todo es de color de rosa: los ciudadanos han perdido cualquier atisbo de intimidad y pueden ser vigilados en cualquier momento. La tensión en la trama pasa por la investigación policial que tendrá que develar que falló en un sistema de seguridad que parecía perfecto y también atrapar al criminal de turno. Control Zeta es una producción de corte independiente y esto se puede apreciar a simple vista en su factura, sencilla y directa. El trabajo de dirección de realizador Alex Gaibisso es muy interesante, logrando filmar un thriller que no tiene otra pretensión que la de entretener y de paso hacer reflexionar al espectador sobre los complejos avances de la tecnología en la sociedad. Los seres humanos que habitan en el relato de esta película ganan en tranquilidad ante cualquier tipo de amenaza criminal que los puedan salpicar o perjudicar; pero, en cambio, pierden en individualidad y libertad. Sus vidas y acciones particulares pueden ser vigiladas y observadas por las fuerzas de seguridad, y estas son las nuevas reglas para esta futura sociedad. Algunas escenas de acción, filmadas en grandes espacios abiertos, están muy bien desarrolladas y el conflicto nunca decae. Control Zeta es una película muy dinámica, aunque su estética y puesta pase por el género de la ciencia ficción. Muchos teóricos cinematográficos han afirmado que el género de la ciencia ficción es el ideal para mostrar algún tipo de innovación tecnológica concreta, para luego determinar cómo este avance será implementado en la sociedad y en definitiva en la vida cotidiana de las personas. En Control Zeta está teoría es aplicada de forma muy acertada, con un guion hábil y entretenido. El mundo nunca fue perfecto y jamás lo será.