La viuda más deseada.
Junto a Hawkeye, Black Widow fue blanco de memes por el solo hecho de no tener su propia película. Sin embargo, los amagues de su cinta en solitario siempre fueron constantes.
Quizás por las dudas que se tuvieron -o por el hecho que sabemos sobre su destino en Endgame– que la película por un lado me hizo sentir que llegó demasiado tarde a los cines.
De haberse estrenado luego de Civil War, la historia hubiese sido diferente y tal vez hubiese hecho una diferencia en aquel entonces.
De todos modos, con el filme en curso lejos de juzgarla traté de disfrutarla como un filme independiente lejos de la cohesión con el UCM.
¿Qué obtuvimos? Un filme de espías, que remite al 007 y Misión: Imposible mezclado con los superhéroes. No es una mala mezcla, pero a veces hay ingredientes que pueden estropear el filme.
En este caso es la comedia –respeto que es el sello de Marvel para decir “hey chicos, es un filme Marvel”– pero también deberían saber cuándo usar los chistes porque arruinan bastante las escenas.
Por otro lado, debo decir que tanto David Harbour como Florence Pugh prometen más y espero verlos en futuras entregas, sobre todo Pugh que fue la mayor sorpresa de la propuesta y se me hizo que la introducción de Scarlett Johansson fue más una estrategia de marketing para incorporar al personaje nuevo que otra cosa.
Y hablando de Scarlett no es nada que no hayamos visto antes de Black Widow, su personaje está bien en solitario, aunque sabemos su destino, no lo sentí como la despedida que se merecía.
En definitiva, Black Widow es un filme que se pidió más por la actriz antes que por su personaje. Lo siento Marvel, en esta no me sorprendiste.