Buena, divertida… y genérica. Después de Avengers; Endgame, después de la pandemia, las sospechas se confirman: el Universo Cinemático Marvel ha perdido su mojo. Y no es culpa de los intérpretes – fogueados y carismáticos como siempre – sino de los talentos creativos recién contratados, provengan del cine indie o del ámbito televisivo. Es como si el MCU se hubiera bastardizado, perdiendo el envión que traía hasta Endgame y bajando de calidad hasta volverse una rutina autorreferencial. Cuando Viuda Negra, Loki, el Soldado de Invierno o Wanda Maximoff hablan de los Vengadores que no están (en las últimas películas y series de la Fase 4), no es divertido sino que es el lamento por el brillo perdido. Uno compara los deslucidos vehículos estelares que les tocan ahora y llora por la gloria pasada. Las imágenes de la decadencia se acumulan: en vez de una actriz ganadora del Oscar tenemos a una segundona de comedietas zarpadas como villana (como Kathryn Hahn, que dará el physique du rol y será sólida en el rol pero, rayos, no juega en la misma liga que Anthony Hopkins o Cate Blanchett); algo similar ocurre aquí con el cameo de Julia Louis Dreyfuss, el cual no le da clase a la conclusión de Black Widow. Es simplemente Elaine (de Seinfeld) haciendo pavadas con un pañuelo en un cementerio, destilando cero grado de amenaza (¿en serio se supone que es la mina mas cruel del mundo, jefa de un ejército de asesinas??).
Black Widow es rutinaria. El drama no es tanto el argumento sino la dirección, la cual carece de originalidad. Cuando la Pugh y Scarlett corren por las calles de Budapest uno espera que se crucen con la SUV torteada de Jason Bourne o la moto pistera de Tom Cruise de alguna de sus Misiones Imposibles. ¿Acaso queda algo de originalidad y adrenalina en el MCU?. Las peleas están ok, los diálogos no tienen mucho brillo y, cuando se ponen a hablar de los Vengadores, uno pone los ojos en blanco. ¿En qué momento de las películas previas a Endgame hablábamos tanto de otros héroes – ausentes sin aviso en la presente aventura -?. Para colmo el que le hayan dado Black Widow a una directora y guionista no termina aportando nada substancial al filme mas que pura blandura. Hay un par de momentos dramáticos bien hechos pero la dichosa impronta feminista que Cate Shortland podría darle a un blockbuster de superheroínas brilla por su ausencia. Por favor buscáme en la agenda el teléfono de los hermanos Russo: el MCU funcionaba mejor cuando era un club de muchachitos.
Pero también la historia elegida es errónea. Si íbamos a hacer un flashback de la biografía de Viuda Negra, ¿por qué no elegir el momento en que iba a matar a Clint Barton y decidió dejar de ser una asesina, algo que tenía mucha mas substancia que la historia finalmente elegida?. Y la razón detrás de la elección final que vemos en pantalla suena tan terrible como utilitarista: esto no se trata de despedir a Scarlett Johansson con honores sino de meter con calzador a nuevos personajes al MCU. David Harbour es un delicioso Capitán América a la soviética, panzón y decadente; Florence Pugh es la nueva Viuda Negra, sarcástica, carismática y letal – próximamente, mas aventuras con estos dos -. Pero la Johansson, pobre, ésta no es la despedida que merecía. No hay nada memorable aquí, solo un entretenimiento pasable.
Alguien dijo que a Tony Stark le dieron todos los honores por vencer a Thanos con el guantelete infinito… pero nadie le prendió una vela (ni le hizo un entierro masivo con todos los superhéroes de la galaxia) a Natasha, la cual se sacrificó en Vormir para que Clint obtuviera la dichosa piedra del alma y Tony pudiera completar su colección de joyas superpoderosas. Viuda Negra se siente así, como una idea tardía o accidental metida de calzador en el MCU, sin demasiado peso propio mas allá de que una heroína le pase la posta a otra. Oh, sí, amo a Harbour, la Pugh y hasta a la Weisz (¿no es ridículo que haga de madre de la Johansson?; ¡ni por asomo es tan vieja!), pero no siento que éste sea el vehículo que precisaba la Johansson para despedirse del personaje en toda su gloria. El villano es super genérico (y la referencia a Moonraker no está demasiado alejada de la calidad del filme), el secuaz carece de personalidad, la calidad de los efectos especiales es dispar, William Hurt se ve como un cadáver a pesar de que acá debería figurar con 10 años menos y las persecuciones son genéricas. No siempre hay que salvar ni al mundo ni al universo pero Viuda Negra podría ser otro super thriller a lo Capitán América y el Soldado de Invierno y termina siendo una Jason Bourne lite, mas parecida a la fallida entrega de esa saga con el amigo arquero Jeremy Renner (y la Weisz!; qué chico que es el mundo!) que con los brillantes capítulos protagonizados por Matt Damon. Chau, Scarlett: te vamos a extrañar y te adoraremos por siempre… y quizás encuentres la redención que precisas en alguna entrega futura del MCU si es que arman un Multiverso y todos regresan para algún cameo de una forma u otra. Pero no será en este filme, genérico, deslucido, un entretenimiento ok que no le hace justicia a semejante monumento de personaje.