En nuestra época de ineludible vindicación de la mujer en todos los espacios imaginables no podía faltar que el ubicuo género de superhéroes se alinee con este imperativo cultural y dé un giro decisivo en la mayor usina contemporánea de la imaginación mitopoética. Hace un tiempo fue Mujer Maravilla, ahora Viuda Negra. Que no sea Tom Cruise subido a una moto el que se desliza por las calles de Budapest, o Matt Damon el que reparte golpes cortos y patadas certeras, y sea Scarlett Johansson y otras cuantas mujeres las protagonistas que tienen a su cargo los tiros y las proezas físicas constituye la asequible y bienvenida prueba del espíritu del tiempo, como también sucede detrás de cámara, donde Cate Shortland es la última responsable de coordinar explosiones, escapes, peleas y diálogos.