La secuela perfectista…
Si bien Blade Runner 2049 es minuciosamente fiel a la premisa original, tanto en lo estético como en lo conceptual, es una película con identidad propia; una identidad con envase conocido, pero con alma renovada. Ridley Scott, hace ya 35 años, cambió el cine de ciencia ficción para siempre y Denis Villeneuve, un gran aprendiz de brujo, logró perfeccionarlo.
La secuela de Blade Runner es probablemente uno de los mejores exponentes de ciencia ficción noir de la historia del cine, superando incluso a su predecesora. A ritmo pausado, entre escenarios lúgubres y tonos apagados, esta continuación sabe construir un policial contundente, gracias a un guión efectivo y gratificante a nivel argumental. Así y todo, y seguramente no sea una coincidencia, las resoluciones son abruptas y precipitadas, al igual que en la versión previa.
Narrativamente, Blade Runner 2049 es poco ortodoxa en su conclusión, lo que puede gustar más o menos al espectador, dependiendo de sus expectativas. En todo lo demás, podría decirse que es una secuela superadora. Imperdible para todo aficionado al género.