Hubo una vez un grupo de jóvenes que se adentraron en un bosque para filmar un documental sobre una bruja que lo habitaba según rezaba una leyenda. Todo terminaba muy mal para ellos pero excelente para el filme del que formaban parte.
El proyecto Blair Witch (1999) significó tanto un triunfo en términos comerciales (costo-beneficio) cuanto en las marcas que a partir de sí crearon una tendencia a seguir: cámaro en mano inquieta con su respectiva subjetiva que proporcionaba una construcción sobre el fuera de campo acechante. Nacía el found footage.
Blair Witch: la bruja de Blair pretende ser una secuela siguiendo la historia de James que busca a su hermana Heather (desaparecida en la película original), casi veinte años después, acompañado de un grupo de amigos y de una pareja algo freak (oriunda de la zona del bosque Black Hills) que ha hallado unas cintas con un material que abre la esperanza de algún nuevo hallazgo.
La película intenta recuperar el éxito descomunal (inexplicable como todo éxito y más viendo lo que fue el producto final) que logró su antecesora. Con la única diferencia de actualizar la historia (mínima, básica y predecible) apenas con el avance que las nuevas tecnologías imprimieron en estos tiempos, o sea multiplicando y mejorando las cámaras, y con el agregado de drones y GPS, pero todas incansable e insoportablemente móviles, repitiendo el uso de subjetivas que no construyen sino que evitan el fuera de campo para manipular los golpes de efecto menos efectivos que efectistas en un guión que es de manual con la aplicación a rajatabla y evidente de los tres actos y los giros cada 30 minutos.
Si al principio la construcción de los personajes en su presentación y sus vínculos son previsiblemente armados para lo que vendrá y el orden en que sufrirán e irán desapareciendo o muriendo, cuando la acción comience se evidencian más los cálculos y los hilos del armado que buscan la tensión y el miedo pero nunca los alcanzan. Y la resolución es definitivamente de un desgano que sólo se explica por incapacidad o subestimación para con el espectador.