Un loco, loco, loco mundo
En algún momento algo raro pasó en el mundo, los cuentos infantiles se dotaron de oscuridad y las leyendas terroríficas como los vampiros y los hombres lobo se transformaron en historias de amor dotadas de sensiblería adolescente. Blancanieves y el Cazador resume en su historia ambas corrientes.
En este loco mundo hay una reina que desea tener una hija tan blanca como la nieve, con labios tan rojos como la sangre y cabello negro como el ébano. El resultado de este pedido es una niñita colorada y pecosa. Obviamente esta niña es llamada Blancanieves a pesar de las distancias.
Blancanieves se convertirá en toda una guerrera y la pelicula se irá yendo más para el lado de El Señor de los Anillos que para la fábula. Este toque épico le sienta muy bien a la historia, sin embargo, las coreografías en las peleas le restan bastantes puntos.
En el mundo de Blancanieves hay Trolls, Hadas, Enanos (obviamente), un Cazador (uno de los personajes originales del cuento de los Grimm) y el hijo de un duque, entre estos dos últimos y ella, obviamente hay un triángulo amoroso al que cuesta seguirle el hilo y eso sobre todo tiene que ver con que a Kristen Stewart es necesario subtitularle la cara. Sé que a los fanáticos de la saga Crepúsculo no les agradará este comentario pero sólo tiene 5 gestos y los dosifica a lo largo de toda la película azarosamente como si fuese la versión moderna del experimento Kuleshov.
Algo que resulta muy bien logrado es la moraleja sobre la belleza interior ya que en ningún plano de la película Kristen Stewart es más bella que Charlize Theron, que por cierto en esta película demuestra su creciente flexibilidad y solidez en la actuación robándose el film a mano armada.
Lo mejor de la película es sin dudas la estética y el manejo de cámara que realiza Sanders. La atmósfera y la correcta elección de encuadres y movimientos dotan de expresión a ese mundo que la trama a veces abandona.
Blancanieves y el Cazador es una película entretenida que pudiera haber sido mucho más si la clasificación hubiese sido R en vez de PG-13, no por capricho mio sino porque en más de una escena la película requiere salir de esa oscuridad acartonada que se plantea.
La perlita: Presten atención en cómo de una secuencia a otra el color de los ojos de Blancanieves cambia como si fuera un hipocampo climático de esos que te venden en Mar del Plata, ¿Será este un super poder a desarrollar en una próxima entrega?