El filme se presenta como una comedia bastante ondulante, difícil de encasillar, por momentos parece una comedia física, en otros satírica y/o grotesco, cuando no se arrima peligrosamente a la comedia dramática, sin entrar. En realidad se ciñe a lo que se conoce como el nuevo cine argentino, no aparece un conflicto definido a desarrollar, todo el relato se centra en un espacio de tiempo de un personaje, o de todos.
Blondi (Dolores Fonzi) y Mirko (Toto Rovito), a simple vista,