Almas en pena
Una curiosa producción con un resultado artístico apenas discreto.
Blue Lips es una película cuyo andamiaje de producción es más interesante que su desarrollo narrativo. Surgida en 2011 y con una parte de su costo financiado vía crowdfunding, el proyecto aunó actores y directores de todo el mundo –de Estados Unidos a la Argentina, de Hawái a México- para narrar una historia coral situada en Pamplona durante la fiesta de San Fermín.
Hasta allí llega una chica argentina para un tratamiento médico (Malena Sánchez), una hawaiana en conflicto con sus orígenes, un astro brasileño del futbol retirado después de una lesión, un periodista norteamericano, un fotógrafo italiano y una señora española en pleno duelo. Todos ellos vivirán una serie de sucesos entrelazados que podrán –o no- cambiar sus vidas, lo que convierte a Blue Lips en una de esas típicas historias corales del cine norteamericano pero con toros y calor en lugar de árboles de Navidad y nieve.
Irregular como nueve de cada diez propuestas de este tipo, el film aspira a tematizar grandes cuestiones: la soledad, el duelo, el amor, etcétera. Lo hace con honestidad y sin un ápice de cinismo, pero también apilando lugares comunes y personajes que caen víctimas del estereotipo debido al escaso desarrollo de cada uno. Epítome de la trasnacionalización del cine, Blue Lips es apenas el retrato del encuentro de un grupo de almas en pena.