Blue Lips es una coproduccion argentino-española, grabada principalmente en Pamplona durante los festejos de San Fermín, pero también en Buenos Aires, Matera, Oahu, Los Ángeles y Río de Janeiro, con la participación de intérpretes y directores de cada sitio.
Escape a la asfixia
Las Fiestas de San Fermín son una celebración que tiene lugar anualmente en la ciudad española de Pamplona durante una semana del mes de julio. Ademas de los multitudinarios festejos en las calles, durante estos días tienen lugar los famosos encierros, donde los participantes corren más de ochocientos metros delante de un grupo de toros.
Los días previos al inicio de las festividades, seis personas de distintos lugares del mundo se preparan para viajar hacia la ciudad con diferentes motivos pero con un compartido sentimiento de opresión que les impide desarrollar sus vidas como quisieran. En Los Ángeles, el periodista Oliver se despide de su planificada vida con su novia para ir a encontrarse con el fotógrafo italiano Vittorio, quien vive cargando una vieja culpa que se ve acrecentada cuando su padre se acerca a sus últimos días. Además de cubrir los festejos juntos deben entrevistar a la estrella del fútbol brasilero Guido Gol, retirado después de una grave lesión y que está en la ciudad para grabar un comercial durante el encierro. En Hawai, Kalani huye de su familia y las tradiciones que le imponen mientras que la porteña Malena no puede quedarse con la suya porque necesita volver a Pamplona donde recibe tratamiento por una enfermedad congénita que pone en peligro su vida. Aunque es originaria de la ciudad, Sagrario lleva años sin regresar a ella y sólo lo hace por obligación cuando se cumplen diez años de la muerte de su marido y debe renovar los papeles de su tumba.
Cada uno tiene sus temas para resolver, pero en el camino a lograrlo se cruzará con algunos de los otros para ayudarse mutuamente.
Seis personajes, seis directores
Blue Lips se las ingenia para lograr que la ciudad y sus festejos sean un protagonista más de la película, no sólo un telón de fondo mientras suceden otras cosas. Cada uno de los seis personajes se acerca a la fiesta desde su propio lugar y la vive con el filtro de sus propias preocupaciones. Cada director sigue a su personaje tanto en su lugar de origen como en Pamplona, pero difícilmente alguien lo note porque las distintas manos tienen una mirada unificada para lograr no terminar como una secuencia de cortometrajes sino como un conjunto de pequeñas historias ensambladas de forma que se crucen cada tanto y se ayuden a avanzar, en el camino reflexionando sobre la identidad, los sueños y la muerte. Cada uno de ellos tiene algo propio que les impide alcanzar o hasta descubrir la vida que quieren llevar adelante, pero uno de los puntos interesantes del guión es que no lo muestra ni resuelve con largos monólogos explicativos sino con acciones o pequeñas conversaciones laterales. En contrapartida, parte de lo interesante que suena la estructura se debilita cuando algunas historias no son tan sólidas o complejas como necesitan para sostener el conjunto. No es un problema que las historias sean cotidianas o que no revelen muchos detalles de la vida de los protagonistas, pero sí que no alcancen a explicar algunas de sus acciones con una profundidad mas interesante. Lo que decepciona un poco es que esa profundidad parece estar latente, esperando para salir pero sin encontrar el tiempo suficiente como para hacerlo. Aunque estereotipados, los personajes son en general queribles y no es difícil relacionarse con lo que les sucede. Es un detalle fundamental porque son ellos el centro de todo, incluso más que lo que les sucede durante esos pocos días que los vemos y que realmente es un reflejo de las cosas que los vienen aquejando desde tiempo antes.
Lo que merece una mención especial sobre Blue Lips es que ademas de la ya mencionada dificultad de la dirección conjunta, buena parte de las imágenes de la fiesta son reales, mezclando a los intérpretes entre los miles de asistentes reales a los festejos para construir un buen marco de ambiente que unifica todo el resto donde la alegría y el desenfreno de toda una ciudad se ve muy creíble.
Conclusión
Aunque no sea algo nunca visto, Blue Lips es interesante tanto desde la propuesta hasta como se la llevó a cabo. Logra tomar historias dramáticas sin volverlas solemnes ni lacrimógenas, pero su principal problema es que quizás por falta de tiempo esas historias padecen cierta falta de contundencia y profundidad, haciendo que se desdibuje parte de lo llamativo que previamente resulta la premisa.