Así en la tierra como en el océano.
La esponja marina mitad antropomorfa y mitad esponja de cocina más conocida en el mundo de la animación vuelve a la pantalla grande con Bob Esponja: Un Héroe fuera del Agua (The SpongeBob Movie: Sponge Out of Water, 2015) sin perder un ápice de toda la frescura y el delirio al que nos tiene acostumbrada la serie original de Nickelodeon. Al igual que en la primera aproximación cinematográfica, Bob Esponja: La Película (The SpongeBob SquarePants Movie, 2004), hoy tenemos una producción que combina animación tradicional con intérpretes de carne y hueso en locaciones reales... ah, y todo eso ahora en 3D.
En esta ocasión la esponja amarilla parlante debe recuperar la fórmula secreta de las cangreburguesas, una suerte de hamburguesas que parecen ubicarse en la cúspide de la pirámide alimenticia de los habitantes de Fondo Bikini, hogar de Bob Esponja. Ante la falta de este alimento aparentemente básico, la población se encuentra al borde del caos y el protagonista contará con la ayuda de sus amigos Patricio, Calamardo, Arenita y Don Cangrejo para intentar que todo vuelva a la normalidad. La fórmula de las cangreburguesas cumplirá las veces de McGuffin dentro de la trama, siendo el elemento que mantendrá la historia en constante movimiento.
Los 93 minutos de duración del film son a puro vértigo, exponiéndonos todo el tiempo a situaciones descabelladas y secuencias de acción plenas de dinamismo, sustentadas en una riqueza visual que permite aprovechar el efecto tridimensional como pocas veces en este tipo de producciones. La estructura narrativa funciona como un relato enmarcado dentro de otro relato: la trama central de la aventura de Bob Esponja y sus amigos surge de un libro leído por el pirata Barba Burger (interpretado por Antonio Banderas), personaje cuya historia eventualmente colisionará con la principal. Este entramado aporta al núcleo delirante gestado originalmente en la serie televisiva un ritmo que permite movernos de una secuencia a la otra con suma fluidez, dejando que el ritmo vertiginoso guíe el camino de la historia, experimentando viajes en el tiempo, exploraciones interdimensionales y locuras de ese estilo.
El universo de Bob Esponga nunca fue propiedad exclusiva de los infantes, sus múltiples niveles de lectura siempre lo hicieron un producto atractivo para los jóvenes adultos. La frescura y el delirio de un material original que siempre apuntó a un extenso rango etario también están presentes en esta aventura fílmica, en parte gracias a que Paul Tibbitt -director de la serie animada- también se sentó detrás de cámara en esta ocasión. Antonio Banderas se luce en su rol de villano caricaturesco, dando su impronta a un pirata que bien podría ser un híbrido entre Jack Sparrow y Pier Nodoyuna de Los Autos Locos. Es reconfortante ver a actores clase A dejar de lado su halo de superestrellas para animarse a dar vida a personajes tontamente divertidos y coloridos.
Podríamos decir que el único punto flojo no es siquiera parte de la película propiamente dicha, y se trata de lo mucho que “espoilea” el trailer, mostrando casi todas las mejores escenas de un tercer acto que mezcla con supremacía animación por computadora con personajes de carne y hueso. Y si bien conforme se acerca el final todos sabemos que esta por llegar "ese momento", haber tenido un pequeño conocimiento de antemano no lo vuelve una experiencia menos fantástica ni atractiva.