Una película sin pimienta
Este documental demasiado elemental es sólo para los (muy) fanáticos del Xeneize.
Ante un documental de estas características se impone explicar desde dónde uno escribe. No soy hincha de Boca, pero vi decenas de partidos en la Bombonera durante mi infancia, ya que un amigo de mi padre solía llevarme. Siempre fui de Banfield, pero entiendo la pasión que despierta el sentimiento xeneize.
Dicho esto considero a Boca Juniors – La película un producto bastante mediocre y en varios aspectos incluso cuestionable. Como escribí “en caliente” en Twitter tras la función de prensa en el Village Recoleta, si uno viera este documental elemental, solemne y efectista un domingo de lluvia tirado en el living de su casa por Fox Sports no habría ningún problema, pero estamos hablando de un “estreno cinematográfico” con entradas a 120 pesos. En ese terreno, es imposible recomendar su visión incluso al más fanático de los bosteros.
Algunos aspectos que me interesan remarcar del film:
1- La estructura del documental es clásica (por no decir televisiva) y se limita a presentar testimonios de distintos ídolos boquenses e imágenes de las principales gestas deportivas.
2- El único elemento ficcional es un personaje llamado Funes, un viejo memorioso que archiva todos los datos sobre Boca y que funciona como narrador e hilo conductor. Un recurso que quita más de lo que aporta por su permanente bajada de línea tanguera y sentimental.
3- Para el documental la historia de Boca parece limitarse a las últimas tres décadas. Si bien hay algunas referencias al penal que Roma le atajó a Delem, aparecen en pantalla Rattin, Marzolini, Rojas, Perotti, Mastrángelo o Suñé y se hace una breve reconstrucción de la era del Toto Lorenzo, el film tiene a los ídolos recientes (Riquelme, Palermo y Tévez) como grandes protagonistas relegando incluso bastante a la figura de Maradona.
4- Los testimonios son abundantes (desde Guillermo Barros Schelotto hasta Schiavi, pasando por Abbondanzieri, Arruabarrena, Márcico, Brindisi, Navarro Montoya y Tévez en el campo de juego de la Juventus, algo que hoy queda demasiado ridículo), pero faltan varios claves: Riquelme, Bianchi y el propio Maradona sólo aparecen en imágenes de archivo.
5- Lo del 3D sólo puede ser tomado como una broma. No hay un sólo efecto estereoscópico que justifique calzarse los anteojitos y pagar un plus por la entrada.
6- La calidad de imagen es bastante pobre incluso en las escenas actuales filmadas en la Bombonera. Se entiende que el material de archivo (la Argentina no suele cuidar demasiado su patrimonio) no sea abundante ni óptimo, pero con la tecnología actual era lógico esperar un mejor acabado.
7- El único periodista que aparece en pantalla es Fernando Niembro, actual candidato a diputado nacional del PRO, y Mauricio Macri -más allá de haber sido presidente del club entre 1995 y 2008- es uno de los “héroes” de la película con muchos minutos en pantalla, más incluso que los que se les dedican a ídolos históricos de Boca. Siendo el único dirigente que habla y al que se le rinden honores es difícil no ver a esta película como parte de su campaña presidencial actual.
8- El film es lanzado por una distribuidora top hollywoodense (UIP) y contó con apoyo financiero estatal (vía INCAA). No es mi intención meterme donde no me corresponde, pero ambas decisiones -viendo la pobreza del producto final- parecen bastante injustificadas. Una película -permítanme la pícara y provocadora humorada futbolera- sin pimienta.