Boda sangrienta no sólo es probablemente el mejor estreno del género de terror que pasó este año por la cartelera sino que además sobresale entre lo más destacado que brindó la producción norteamericana en el último tiempo.
Nos encontramos tal vez ante la última gran película que brindó Fox Searchlight, una división de esa compañía dedicada al cine independiente y la distribución de producciones de diversos países en los Estados Unidos.
Cuesta bastante creer que en manos de Disney este sello mantenga en el futuro la calidad de los contenidos que ofreció hasta la fecha y muchos menos que financien una propuesta como la que concibieron en este caso la dupla de directores Matt Bettineli-Olpin y Tyler Gillet.
En la casa del ratón Mickey aseguraron que Fox Searchlight seguirá vigente pero será cuestión de ver que hacen en el futuro para comprobar si cumplen con su palabra.
Por lo pronto tenemos disponible esta gema que brinda un espectáculo muy entretenido gracias hacia una sólida combinación de géneros.
Betinelli y Gillet fueron parte de la olvidable antología V/H/S (2012) y el bodrio de Heredero del diablo (2014), otra película mala sobre posesiones demoníacas.
Evidentemente la musa de la inspiración abrazó a los realizadores porque Boda sangrienta es lo mejor que presentaron en sus carreras.
En esta propuesta fusionan diversas ramas del horror como el slasher y las historias satanistas con una marcada presencia del humor negro que trabajaron como los dioses.
A lo largo del relato nos encontramos ante situaciones de violencia extrema y un alto contenido de gore que pese a todo resultan desopilantes por todo el absurdo que rodea a la historia.
Samara Weaving, quien parece la hermana menor de Margot Robbie, vuelve a sobresalir en una película de este género donde ya es una abonada habitual.
Previamente se había destacado en The Babysitter (la redención del director McG) y Mayhem, otra producción independiente que presentó una buena combinación de géneros entre el horror y cine de acción.
En este caso interpreta a una chica que cree que su vida está solucionada al casarse con un joven de clase alta.
En la noche de bodas los padres del novio invitan a la pareja a formar parte de un ritual que representa una vieja tradición familiar y deriva en una experiencia de supervivencia para la protagonista.
Los narración se desarrolla con un ritmo intenso que no decae en ningún momento y resulta muy atractivo por todo el delirio del argumento.
Pese a las situaciones perturbadoras que tienen lugar y el contenido dramático que también está presente, los realizadores nunca se toman del todo en serio el relato y eso le otorga un marco especial al espectáculo.
Boda sangrienta es esa clase de producciones donde uno suelta más de una carcajada ante hechos que son incómodos de ver y sin el humor negro generarían otra reacción.
La interpretación de Samara Weaving es impecable por todos los estados emocionales que atraviesa durante la odisea que vive su personaje y con esta labor se consolida entre las nuevas figuras del cine horror de horror de la actualidad.
Entre los miembros del reparto tienen sus buenos momentos Adam brody, Henry Czerny (Misión: Imposible) y Andy McDowell en una inusual aparición en una película de este tipo.
Cabe destacar también el trabajo de Melanie Scrofano, la protagonista de la serie Wynona Earp, quien sorprende con una labor cómica en un rol que es la antítesis de la heroína que interpreta en la televisión.
Dentro de la gran extravagancia que presenta el conflicto los directores se las arreglan para insertar cierta crítica social a las miserias de las familias adineradas, un tema que trabajaron mejor que Rian Johnson en Entre Navajas y Secretos, aunque ese es un tema para otra reseña.
Hace mucho que no disfrutaba tanto una comedia de horror de este tipo y recomiendo que le den una oportunidad si son seguidores del género.