El “quién lo hizo” se subvierte en la propuesta para construir un apasionante relato de linajes, de mandatos y de dinero, manejando con un logrado pulso narrativo y un tempo que genera la atmósfera propicia para reforzar su origen lúdico, escapando a convenciones, fundándose en estereotipos, pero creando sus propias reglas para avanzar en su formato y su desarrollo. A destacar: la recuperación para el cine de Andie McDowell, que, curiosamente, se inicia en una boda (guiño a “Cuatro Bodas y un Funeral”).