El cantante y bajista los acababa de dejar, les dijo que se iba a probar suerte con otra banda, que ellos no iban a llegar a nada. Ahí estaban, guitarra y batería sentados en la camioneta afuera de un bar medio pelo, después de dar el que parecía ser su último concierto. En eso se les acerca un chico a felicitarlos, les dice que eran muy buenos, que los veía hacía tiempo. Les dice que compone y que también canta, que quisiera cantar para ellos. Se miran, Roger Taylor pone una cara burlona y le dice a Farrokh: “con esos dientes lo dudo”. El joven zanzibari lo mira de reojo, sonríe y canta. El resto fue historia… lo que no será historia es esta biopic, que malgasta una de las mayores leyendas de la música. Bohemian Rhapsody apenas raspa la superficie de lo que podría haber sido una de las películas más importantes de los últimos años y desaprovecha la increíble interpretación de Rami Malek.