Antes que nada, para valorar Bohemian Rapsody hay que saber qué es y qué no es. Recién después cada uno sabrá si es el tipo de película que esperaba o que uno cree que Freddie Mercury merecía. Entonces, hay que saber que es una película mainstream pensada, obviamente, para un público masivo y que no espera una película de autor. Es una película que no intenta, ni por un momento, abordar en profundidad la personalidad del líder de Queen. Es una panorama general, a veces a vuelo de pájaro, sobre los momentos más significativos de la banda y los de la vida de Freddie. No es un documental, por lo tanto no todo ocurrió tal como se muestra. Incluso hay cosas que nunca ocurrieron. Pero no hay cambios groseros que traicionan la esencia de la historia.
Por otra parte, es casi un musical que, ante todo, busca revivir el magnetismo y la energía vital que tenía Freddie en sus conciertos con la banda. Es una película que tiene como objetivo principal hacer que el espectador sienta que está, efectivamente, frente a Queen - por supuesto, las canciones están interpretadas por los verdaderos artistas. Sobre todo, Bohemian Rapsody busca que la experiencia de verla esté cargada de pasión y energía. Ése es el punto central. Y eso sí lo logra, admirablemente. Si uno acepta esta propuesta tal como está, es casi imposible no emocionarse. Y mucho.
A grandes rasgos, Bohemian Rapsody narra el devenir de Freddie Mercury, desde poco tiempo antes de existir Queen hasta el recital en Live Aid, en 1985, que solo duró 20 minutos, pero fue memorable. De hecho, la película de Brian Synger (Los sospechos de siempre, El aprendiz, algunas de las películas de X-Men) comienza y termina con Live Aid y en el camino se ocupa de hechos muy conocidos y de otros que no lo son tanto. Entonces, tenemos los comienzos de Freddie, un genio de la música que vivía una existencia común y corriente, su incorporación en una banda prácticamente desconocida, la creación de los grandes éxitos, los primeros momentos de fama llenos de excitación y adrenalina, sus grandes amores, luego las frustraciones y discusiones en la banda, las drogas, las fiestas, la cuota de autodestrucción y una posible derrota final que termina siendo una redención. Por supuesto, también la aparición del SIDA junto con el final que todos conocemos.
Sí, efectivamente, es una película de fórmula, no innova dentro del género de la biopic y tampoco busca hacerlo. Pero en tanto producto mainstream de esta naturalieza es impecable. Y una de sus características más sobresalientes es la interpretación de Rami Malek como Freddie Mercury. Sus movimientos, conducta, lenguaje corporal y expresiones no tienen fisura, son convincentes y naturales. Incluso cuando tiene el pelo corto, el parecido con el legendario cantante es impresionante. Verlo es como revivir momentos mágicos que muchos de nosotros vimos en videos clips o recitales. Una de las escenas mejor logradas es precisamente aquella en la que Queen crea la canción Rapsodia Bohemia. Aunque que quede claro que la película no es acerca de Queen, sino de Freddie. O, en todo caso, los otros miembros de la banda aparecen, en mayor o menor medida, en relación a Freddie. Ésta también es una decisión de los realizadores de la película. Como tantas otras cosas, es una decisión que puede ser cuestionada. O no. Eso queda en cada espectador.
Un dato interesante: la película muestra muchas de las críticas que Queen recibió al comienzo de su carrera por parte de la prensa especializada. Son todas negativas. Sin embargo, el público terminó adorando a la banda, incluso recibió con beneplácito sus primeras canciones. Quizás podemos pensar, entonces, que lo que diga la crítica especializada no siempre es necesariamente o particularmente importante. O al menos no es tan importante como el amor del público incondicional que reacciona según sus subjetividades y sus emociones más genuinas. Algo parecido pasa con la película: fue rechazada por gran parte de los críticos de cine, aquí y en el exterior. Sin embargo, no deja de llevar gente al cine desde su estreno. Y en muchas funciones los espectadores cantan las canciones. Algo bien deben haber hecho los realizadores para conmover a tanta gente que no son necesariamente espectadores descerebrados.
Bohemian Rhapsody (Reino Unido, Estados Unidos, 2018). Puntaje: 8
Dirección: Bryan Singer. Elenco: Rami Malek, Lucy Boynton, Gwilym Lee, Ben Hardy, Joseph Mazzello, Aidan Gillen, Tom Hollander, Allen Leech, Mike Myers, Aaron McCusker y Dermot Murphy. Guión: Anthony McCarten. Fotografía: Newton Thomas Sigel. Edición: John Ottman. Duración: 134 minutos.