Explosivo desaprovechado
Un joven oriundo de la provincia de Santa Fe llega a Buenos Aires para presentar su historieta en la feria del libro, pero inesperadamente se sube a un taxi llenos de explosivos que hace de su viaje de ensueño una pesadilla. Una película de tensión o suspenso que falla en todas sus decisiones dramáticas y cuyo único logro fue tener a Jorge Marrale como protagonista. Sin embargo, ni el talento del actor puede rescatar a esta obra del olvido ni mucho menos salvar al espectador del aburrimiento.
Uno podría imaginar que la historia de "Bomba" nace de la simple pregunta ¿Qué pasaría si alguien se sube a un taxi lleno de explosivos?, y de la cual obviamente después surgirían otras ideas para aumentar la efectividad del relato como un duelo entre el joven soñador y el viejo acabado o el inconveniente de la nafta del auto. Sin embargo, si no se puede contestar de manera aceptable la pregunta más trascendental de por qué hay una bomba en el taxi, ya nada tiene sentido. Es el hecho de que el taxista no tenga ningún verdadero motivo para construir la bomba, lo que en definitiva ya coloca a todo el relato en un ambiente irreal y sin reglas. En otras palabras al no haber una realidad coherente, todo se vuelve indiferente y cuando esto sucede no hay tensión.
No obstante, se cometen dos grandes errores tan trascendentales como determinantes. En primer lugar, los personajes no están definidos correctamente, ya que la joven victima se mueve por Buenos Aires como si la conoció de toda la vida y en el caso del taxista, él nunca logra consolidarse como una figura temeraria o de temer. En segundo lugar, la relación creada entre ambos protagonistas no tiene pautas ni lineamientos, por momentos se hablan entre ellos como si se conocieran de toda la vida o incluso hasta se permiten ir y volver sobre quién de los dos controla la situación.
"Bomba" intenta ser un relato de suspenso, pero en ningún momento hay momentos de tensión. La historia se construye en base a la suposición de que estar sentados sobre un bomba es suficiente. Lamentablemente se ignora que el suspenso es una estructura ascendente donde los conflictos se van sucediendo para incrementar el peligro. Si el mayor momento de tensión ocurre al inicio con el descubrimiento del explosivo, no vale la pena conocer el desenlace de la película.