Un hombre desesperado entra a la casa de un terapeuta con una historia, dice no ser el culpable de haber matado a sus hijos, también tiene una extraña obsesión con los armarios.
Así de livianita comienza Boogeyman: niños, muerte, sangre.
Will Harper (Chris Messina) es el terapeuta, está atravesando el duelo por la reciente muerte de su esposa y eso lo mantiene un poco alejado de la relación con las hijas que, a la vez, sobrellevan el dolor por la muerte de su madre con algunos problemas. Conflictos adolescentes en el caso de Sadie (Sophie Thatcher), la más grande, y miedos nocturnos en el caso de Sawyer (Vivien Lyra Blair), la menor.
Después de la visita de Lester al consultorio, en la casa de los Harper, la pequeña Sawyer comienza a experimentar el acoso de algo que no puede explicar. Es así como Sadie aborda la investigación del caso de la familia Billings e irá descubriendo que esos miedos, aunque la terapeuta de su hermana menor los trate como imaginarios, son reales.
Esta nueva película de terror casi no tiene nada de nueva, sin embargo, con motivos ultra repetidos, logra ser efectiva. Tendrá que ver con la dirección de Rob Savage (Host), quien consigue una buena ambientación en cuanto a lo visual y no abusa de los efectos sonoros que en las últimas películas del género fuerzan el susto. Con un comienzo fuerte respetando la estructura que propone “El Coco” de Stephen King (cuento en el que se basa este film), el resto de la película se irá cocinando lentamente entre los problemas de comunicación de Will, la tensa relación de Sadie con sus amigas y los miedos de Sawyer.
La adaptación estuvo a cargo de un grupo de escritores y el guion final es de Mark Heyman, premiado por El Cisne Negro (2010). En ellos recayó el desafío de crear una historia secundaria con réplicas de la mística original y creo que, hasta cierto punto, lo logran.
El problema últimamente son los monstruos, qué difícil. En el cuento, del año 1973, es una cosa con cabeza de espantapájaros y bueno, ya sabemos que esto se reiteró muchísimo en el cine de terror, por suerte hace un tiempo no lo vemos. Este Coco es más humano, tiene que ver con la rescritura del cuento, sin embargo, cuando se logra ver… no lo sé, Rick.
Las actuaciones están muy bien, sobre todo Vivien Blair (la pequeña Leia de Obi Wan Kenobi), vuelve a conseguir esa mezcla de ternura y coraje en una historia sin demasiadas vueltas, que alcanza al espectador con algunos sustos genuinos, además de entretener.