Como Rush, el muy buen film sobre la rivalidad entre James Hunt y Niki Lauda, esta película se ocupa del torneo de Wimbledon de 1980, uno de los grandes partidos de la historia del tenis, entre Bjon Borg y su gran rival, el colérico John McEnroe. En la comparación pierde, porque carece de la fuerza poética de la del automovilismo. Pero como biografía doble, que va y viene entre el pasado de los personajes y la previa al partido, es correcta, entretenida y seguramente apasionante para los amantes de la historia del tenis.